Boeing ha convenido declararse culpable de un cargo de conspiración de fraude criminal. La decisión se tomó para resolver una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) que intenta esclarecer dos accidentes mortales que involucran a los aviones 737 Max de la compañía.
El acuerdo deberá ser aprobado por un juez. Si el pacto se confirma, el fabricante de aeronaves sería señalado como delincuente convicto por los percances ocurridos en Indonesia y Etiopía. Los incidentes registrados entre 2018 y 2019 cobraron la vida de 346 personas. Se han relacionado con el mal funcionamiento de un software conocido como MCAS, una función de control de vuelo automatizada.
Las autoridades acusan que Boeing ocultó la existencia del programa a la Administración Federal de Aviación durante el proceso de aprobación de los aviones 737 Max. El dato también habría sido omitido en la lista de requisitos de formación de los pilotos para operar las aeronaves. Las autoridades prohibieron los vuelos a bordo de estos aviones durante 20 meses. A finales de diciembre de 2020, la serie Max volvió a volar en diversas líneas aéreas internacionales.
Boeing perdería más de 12,500 millones de dólares si la tendencia a la baja se mantiene, señalan analistas.
Boeing enfrentó un primer proceso penal por estos casos en 2021. Llegó a un acuerdo de enjuiciamiento diferido con el DOJ. Aceptó pagar una sanción de 243.6 millones de dólares y una compensación de 1,770 millones para sus clientes. Se comprometió a establecer un fondo de 500 millones para indemnizar a los beneficiarios legales de los pasajeros que fallecieron en los accidentes. Las autoridades determinaron meses después que otros compromisos asumidos no se habían cumplido y abrieron una nueva carpeta de investigación.
Un portavoz de Boeing ha confirmado que en relación con este último caso la compañía había “llegado a un convenio de principio sobre los términos de una resolución con el Departamento de Justicia”. La firma pagará una multa de 243.6 millones de dólares. También se ha comprometido a invertir cerca de 455 millones de dólares para reforzar sus programas de seguridad y cumplimiento de la normativa. La empresa estará sujeta a libertad condicional. Será supervisada por el tribunal durante los próximos tres años.
Boeing evita un polémico juicio
La declaración de culpabilidad evita a Boeing un juicio que podría exponer otras inconsistencias en los procesos de manufactura y operación de sus aviones, según los analistas. La decisión también facilita a la empresa seguir con sus planes de negocio. La firma busca la aprobación de los reguladores para adquirir a Spirit AeroSystems, un productor de aeroestructuras.
Las familias de las víctimas han calificado el pacto como “un trato de favoritismo”. Paul Cassell, uno de los abogados en el caso, dijo en una declaración retomada por The Washington Post que “a través de una astuta negociación entre Boeing y el Departamento de Justicia, se están ocultando las consecuencias mortales del crimen del fabricante”. Afirma que sus clientes apelarán el acuerdo. “Estamos sumamente decepcionados de que el Departamento de Justicia esté avanzando con este tratado de culpabilidad totalmente inadecuado. El convenio no es más que una llamada de atención y no hará nada para lograr un cambio significativo dentro de la empresa”, lamentó Erin Applebaum, representante legal de los afectados.
Las dudas sobre la seguridad de los aviones de Boeing se reavivaron en enero. Una nave 737 Max 9 de Alaska Airlines perdió en pleno vuelo una sección exterior de su fuselaje. Esto provocó la despresurización y obligó un aterrizaje de emergencia. El hecho derivó en la inmovilización de cientos de vehículos aéreos de la firma en todo el mundo. En los últimos tres años, la compañía ha lanzado una serie de advertencias sobre posibles fallas en los procesos de fabricación. A finales del año pasado, solicitó a las aerolíneas que evaluaran todos los aviones 737 Max en busca de un perno flojo en el sistema de timón, luego de que uno de sus clientes descubriera un posible problema con esta pieza clave en dos aviones.
La empresa ha intentado hacer frente a su crisis con una serie de cambios en la cúpula directiva. Dave Calhoun, presidente de Boeing, anunció en marzo que dimitirá como consejero delegado a finales de 2024. El valor de las acciones de la organización mantienen una tendencia a la baja. En lo va del año ha caído 29%, en contraste con un aumento de 18% del mercado en general, según estimaciones de la consultora JPMorgan.
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