Un grupo de investigadores en Groenlandia descubrió que el deshielo de la zona libera una clase de virus gigante hasta ahora desconocido en el entorno. En lugar de alarmarse, los científicos de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, planean aprovechar las capacidades de este organismo para mitigar el derretimiento en el norte. El virus gigante vive dentro de un complejo ecosistema microbiano que rodea la vegetación que florece sobre la nieve de Groenlandia. Aunque aún no saben qué tipo de patógeno es y no han logrado aislarlo, existen huellas genéticas de su actividad por todas partes.
Cada primavera, las regiones cercanas a los polos inician un proceso natural de deshielo. El derretimiento del suelo da vida a las algas de nieve, que gradualmente transforman el paisaje blanco en uno verde oscuro. El color de un ecosistema congelado desempeña un papel vital en su supervivencia. Cuando presenta tonalidades claras, la luz rebota y se aleja, pero con tonos oscuros, los rayos solares se absorben y el deshielo se acelera. La capacidad de una superficie para reflejar radiación se conoce como albedo. La nieve tiene un albedo de 0.90, mientras que el carbón vegetal tiene un valor de 0.04 y el mar abierto alcanza un albedo de hasta 0.10.
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Una primavera más cálida de lo habitual favorece la proliferación de algas. Si estas oscurecen el hielo, el proceso de derretimiento se acelera en un ciclo de retroalimentación. Este fenómeno también ocurre en los mares congelados, donde una mayor proporción de agua reduce el albedo del área y contribuye a su propio derretimiento.
En Groenlandia, los científicos están enfocados en las algas de nieve. Controlar su proliferación podría ser una forma de mitigar, a nivel local, el aumento de la temperatura del planeta. Además, los virus gigantes recién descubiertos podrían convertirse en la herramienta que los investigadores han estado esperando.
El enigma de los virus gigantes
Según la Universidad de Aarhus, los primeros virus gigantes se identificaron en 1981 durante una investigación sobre el océano. Estos virus son considerados enormes porque, en lugar de medir 20 nanómetros, alcanzan un tamaño de hasta 2.5 micrómetros. Es decir, crecen miles de veces más de lo que sería típico para un patógeno. El genoma de estos organismos se estima en 2.5 millones de pares de bases, mientras que los virus considerados “normales” tienen hasta 200,000 pares. Los virus gigantes son incluso más grandes que las bacterias.
En aquella investigación sobre los virus gigantes hace 40 años, se descubrió que los patógenos se habían especializado en infectar algas verdes marinas. Ahora, los científicos de Aarhus encontraron por primera vez rastros de un organismo similar en el hielo. Aunque no hay certeza sobre en qué células prefieren replicarse, se sabe que viven alrededor de algas de nieve. En una primera evaluación, el equipo imagina que el virus gigante de Groenlandia tiene como objetivo la vegetación. Este patógeno podría utilizarse como un método de control para mantener el hielo.
Aunque la idea es atractiva, los científicos primero deben encontrarlo y comprender su verdadera naturaleza. La respuesta podría llegar pronto, según adelanta el equipo. “Seguimos estudiando los virus gigantes para aprender más sobre sus interacciones y su papel exacto en el ecosistema. A finales de este año, publicaremos otro artículo científico con más información sobre los virus gigantes que infectan una microalga cultivada que prospera en la superficie del hielo de la capa de hielo de Groenlandia”, concluyó Laura Perini, autora principal del artículo de investigación publicado en Microbiome, de la revista Biomedical Central Journal.
Esta información pertenece a su autor original y se encuentra disponible en: https://es.wired.com/articulos/el-hallazgo-de-virus-gigantes-en-el-artico-podria-ser-la-clave-para-acabar-con-un-serio-problema-planetario