Allá por el año 1655, el astrónomo Giovanni Domenico Cassini se convirtió en uno de los primeros astrónomos en estudiar Júpiter con la ayuda de un telescopio, un instrumento que apenas tenía unas décadas de vida entonces.
Distintas manchas. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), la Universitat Politècnica de Catalunya y del Barcelona Supercomputing Center ha señalado que la Gran Mancha Roja que “adorna” a día de hoy el hemisferio sur de Júpiter es una mancha distinta a la “Mancha Permanente” que dibujó Cassini a mediados del siglo XVII.
La Gran Mancha Roja. La Gran Mancha Roja o GRS (Great Red Spot) es posiblemente el rasgo más reconocible del planeta Júpiter. Esta gigantesca mancha tiene un diámetro aproximado de unos 14.000 kilómetros, pero antaño pudo alcanzar los 39.000 km de largo. Estudios recientes han confirmado la tendencia “menguante” de la mancha.
La mancha es, en realidad, una tormenta en la superficie del gigante gaseoso, un vórtice anticiclónico cuyos vientos alcanzan los 450 km/h en la periferia. Hasta ahora la antigüedad de la mancha y el mecanismo que llevó a su formación eran objeto de debate. El último estudio logra, precisamente, arrojar algo de luz sobre este debate.
Desde un telescopio en el siglo XVII. La “Mancha permanente” de Cassini (o PS por Permanent Spot) por su parte, es una mancha joviana observada, descrita y dibujada por el astrónomo en 1655. Esta mancha es precisamente uno de los motivos por los cuales resultaba tan difícil determinar la edad de la GRS.
La PS fue observada no solo por Cassini sino por los sucesivos investigadores que apuntaron sus telescopios durante la segunda mitad del siglo XVII y comienzos del XVIII. Las últimas observaciones de esta mancha datan de 1713.
Hasta 1831, cuando las observaciones revelaron una mancha en la misma región donde se encontraba la PS. Solo que, como ha demostrado el reciente estudio, la mueva mancha era una bien distinta: la GRS.
Calculando edades. Para reconstruir la historia de las manchas de Júpiter, el equipo recurrió a fuentes historiográficas a partir del siglo XVII, cuando los telescopios permitieron analizar la morfología de los planetas de nuestro sistema solar.
El equipo también recurrió a observaciones contemporáneas de Júpiter. Observaciones que facilitan la labor de simulación atmosférica a partir de la cual el equipo logró reconstruir la historia de esta mancha roja. Realizar estas complejas simulaciones fue posible con el uso de superordenadores como el MareNostrum IV del BSC.
Consiguieron hallar así varias formas en las que esta tormenta podría haberse formado, como la aparición repentina de la tormenta o la fusión de varias tormentas más pequeñas en una sola de gran tamaño. Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Geophysical Research Letters.
¿Y qué fue de la “Mancha Permanente”? “Probablemente la PS desapareció en algún momento entre mediados de los siglos XVIII y XIX” explicaba en una nota de prensa Agustín Sánchez Lavega, coautor del estudio.
Futuras investigaciones sobre el futuro de la GRS, ya sean estudios observacionales como simulaciones, podrían ayudarnos a conocer mejor cómo se comportan los gases de Júpiter. Con ello quizás aprendamos nuevas cosas sobre las manchas habidas y por haber en el mayor planeta del sistema solar.
Imagen | S. Swabe / UPV/EHU-UPC
Esta información pertenece a su autor original y se encuentra disponible en: https://www.xataka.com/espacio/hace-casi-cuatro-siglos-cassini-observo-mancha-jupiter-equipo-espanol-ha-mostrado-que-no-que-podemos-ver-hoy