House of the Dragon: ¿Cómo harían los dragones para lanzar fuego, desde el punto de vista científico?

En cualquier caso, la retención de estos etanoles en el organismo en concentraciones elevadas durante largos períodos de tiempo tiene un límite. Esto se debe a que el etanol posee la propiedad de permeabilizar o atravesar las membranas del cuerpo.

Así que la última opción como combustible más realista para Roach es el aceite. Las aves del orden de los petreles, incluidas las gaviotas fulmar o fulmares, tienen la costumbre de alimentar a sus crías regurgitando un aceite de alto contenido calórico llamado “aceite estomacal”, que elaboran al concentrar en su cuerpo los nutrientes procedentes del pescado y los mariscos que capturan y comen. El aceite estomacal no solo es viscoso, sino que también emite un olor desagradable y a menudo lo vomitan como señal de amenaza para los enemigos naturales. Afortunadamente, las aves marinas de nuestro planeta no escupen bolas de fuego, pues carecen de mecanismos para encenderlas por sí mismas, pero teóricamente los dragones podrían hacerlo.

Encender el fuego del dragón con chispas eléctricas

Si asumimos que los dragones son criaturas vivientes de la Tierra, entonces el oxígeno sería el agente oxidante más adecuado para que expulsen el fuego. Sin embargo, Roach explica que el oxígeno por sí solo en la atmósfera no bastaría para que las llamas se mantuvieran tan calientes como para que el Trono de Hierro (un trono creado al fundir las espadas de los enemigos que aparece en los dramas Juego de Tronos y La Casa del Dragón, así como en la novela de fantasía original Canción de Hielo y Fuego) se derritiera en un abrir y cerrar de ojos. (Si viste la serie Juego de Tronos, sabes de qué hablamos. Y, sí, Drogon, hacemos referencia a ti).

Para que un dragón expulse una llama ardiente instantáneamente por el hocico, el aceite combustible antes mencionado debe ser inyectado a alta presión y calentarse de forma inmediata gracias a un suministro eficaz de oxígeno. Esto se debe a que cuanto más eficiente sea el flujo de oxígeno, a mayor temperatura estará la llama.

De hecho, ya existen en nuestro planeta organismos con un mecanismo similar en sus cuerpos. Se trata de los escarabajos de la familia Ascomycota, como los escarabajos bombarderos, que emiten un gas maloliente desde su abdomen.

Los escarabajos bombarderos almacenan hidroquinona y peróxido de hidrógeno por separado en su abdomen, que experimentan una rápida reacción química enzimática cuando se exponen a la amenaza de un enemigo natural. El peróxido de hidrógeno se descompone rápidamente en agua y oxígeno, y la reacción exotérmica hace que la temperatura de la mezcla alcance pronto su punto de ebullición. La acelerada producción de oxígeno y la ebullición del líquido aumentan la presión en el abdomen, lo que permite que los gases tóxicos, incluida la benzoquinona, salgan “en chorro”. Por cierto, también se espera que la reacción exotérmica del peróxido de hidrógeno se aplique al desarrollo de motores para cohetes.

Roach plantea la hipótesis de que si un dragón tuviera en su cuerpo un órgano similar a un carburador que mezclara aceite y oxígeno, este animal sería capaz de producir y expulsar llamas por la boca que quemarían una ciudad hasta sus cimientos mediante el mismo mecanismo que el abdomen del escarabajo bombardero. También destaca que lo ideal sería que esta combinación se inyectara como una fina niebla, pues así encendería con mayor facilidad.

El último reto radica en la forma de prender el combustible que contiene el oxidante. Para resolver este problema, Roach imagina que los dragones pudieron haber desarrollado un órgano generador de energía similar al de la anguila eléctrica: al crear un breve pulso de corriente de 600 voltios y originar chispas en el aire, estas últimas encenderían fácilmente una mezcla brumosa compuesta de aceite y oxígeno cuando se liberaran en las profundidades de la boca del dragón.

Si esta especie fuera real, el resto del tiempo solo escucharías “¡Dracarys!”, una frase popular entre los jinetes de dragones procedente del Alto Valyrio, lengua ficticia que se usa en la historia creada por George R. R. Martin para ordenar a estos animales que lancen fuego a sus objetivos.

Artículo publicado originalmente en WIRED Japón. Adaptado por Andrei Osornio.


En este Día de Star Wars, llegó la hora de averiguar cómo funcionan esas icónicas máquinas voladoras. ¿Tenemos algo parecido en la Tierra?

Esta información pertenece a su autor original y se encuentra disponible en: https://es.wired.com/articulos/house-of-the-dragon-como-harian-dragones-para-lanzar-fuego-desde-punto-de-vista-cientifico

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