Los lacayos de Musk toman el control de la Oficina de Gestión de Personal de EE UU

La entrada del multimillonario Elon Musk al antiguo Servicio Digital de Estados Unidos (USDS, por sus siglas en inglés), ahora el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ha sido ampliamente publicitado por una de las muchas órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump. Pero el informe de WIRED muestra que la influencia de Musk se extiende aún más lejos, y en una agencia gubernamental aún más consecuente.
Fuentes al interior del gobierno federal declararon a WIRED que los rangos más altos de la Oficina de Administración de Personal (OPM, por sus siglas en inglés), la dependencia encargada de los recursos humanos de todo el gobierno federal, ahora están siendo controlados por personas con conexiones con Musk y con la industria tecnológica. Entre ellos hay una persona que, según un currículum en línea, apenas comenzó la universidad en otoño pasado.
Nepotismo al máximo esplendor
Scott Kupor, socio director de la poderosa firma de inversiones Andreessen Horowitz, es el candidato propuesto por Trump para dirigir la OPM. No obstante, las fuentes de WIRED indican que hay una serie de personas que parecen dispuestas a llevar a cabo la misión de Musk y recortar personal de Gobierno Federal.
Amanda Scales es la nueva jefa de personas de la OMS. De acuerdo con su LinkedIn, anteriormente trabajó en el departamento de talento de xAI, la compañía de inteligencia artificial de Musk. También formó parte del equipo de talento y operaciones de Human Capital, una empresa de capital de riesgo con inversiones en la startup de tecnología de defensa Anduril y la plataforma de apuestas políticas, Kalshi; de igual forma trabajó durante años en Uber. Los expertos creen que su nombramiento para este puesto clave forma parte de un patrón más amplio de conversión de la tradicionalmente apolítica OPM en una herramienta política.
«No es alarmista creer que existe un plan mucho más sofisticado de controlar e imponer la lealtad que en el primer mandato de Trump», sugiere Don Moynihan, profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan. Las fuentes aseguran que Riccardo Biasini, ex ingeniero de Tesla y más recientemente director de operaciones para el Loop de Las Vegas en la Boring Company, la operación de construcción de túneles de Musk, también está en la OPM como asesor principal del director. Se rumora que Steve Davis, director de The Boring Company, también está asesorando al magnate sobre los recortes que se harán a través de DOGE y fue parte integral en la transición de Twitter a X, después de la adquisición de Musk en 2022.
Continuando con la nueva cadena alimentaria de OPM, las fuentes indican que en la cima están dos personas con «aparentes antecedentes en ingeniería de software«, mismas que no pueden ser nombradas debido a sus edades. Uno de ellos, asesor principal del director, es un joven de 21 años cuyo currículum promociona su trabajo en Palantir, la empresa de análisis y contratistas del Gobierno cofundada por el CEO Peter Thiel. El multimillonario fue director ejecutivo de PayPal y asociado de Musk desde hace mucho tiempo; además, fue uno de los mecenas en la campaña de 2022 del actual vicepresidente JD Vance para el Senado. Según una copia de una revista estudiantil, el otro individuo depende directamente de Scales y se graduó de la preparatoria en 2024; entre sus experiencias profesionales figuran ser asistente de campamentos, mecánico de bicicletas, así como un puesto de verano en Neuralink, la empresa de Musk dedicada a la interfaz cerebro-computadora.
Anexo F y los siervos de Trump
Entre los altos cargos actuales de la OPM se encuentra Noah Peters, un abogado cuyo LinkedIn presume de su trabajo en litigios representando a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) y que ha escrito para medios de derecha como el Daily Caller y el Federalist; ahora es un asesor principal del director. Según los metadatos asociados con un archivo en el sitio web de la OPM, Peters fue autor de un memorando del 27 de enero que se envió bajo el nombre del director interino de la OPM, Charles Ezell, en el que se describe cómo el departamento implementaría una de las órdenes ejecutivas de Trump: «Restaurar la rendición de cuentas a los puestos que influyen en las políticas dentro de la fuerza laboral federal». Esto tiene que ver con lo que se conoce como Anexo F, un plan para recategorizar muchos puestos de servicio público como «designados políticos», lo que significa que estarían vinculados a la agenda específica de una administración en lugar de ser vistos como trabajadores gubernamentales de base. La orden permitiría que ciertos funcionarios sean removidos en favor de los leales a Trump clasificándolos como designados políticos, una parte clave del plan Proyecto 2025 para rehacer el gobierno.
«La principal preocupación es el uso de IA para tratar de participar en las búsquedas a gran escala de las descripciones de trabajo, y así detectar nuevos elementos para la reclasificación de la Anexo F», comenta Moynihan. Otros altos cargos políticos son McLaurine Pinover, ex directora de comunicaciones del congresista republicano Joe Wilson y subdirectora de comunicaciones del congresista republicano Michael McCaul, y Joanna Wischer, redactora de discursos de la campaña de Trump.
«La política regresó a la oficina»
«La OPM no es una organización muy politizada. En el pasado solo ha habido uno o tal vez dos nombramientos políticos en toda la OPM. Todos los demás son de funcionarios de base. Esto parece una presencia muy política en una organización que no debería serlo», expresa Steven Kelman, profesor emérito de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard.
Otro memorándum de la OPM fue escrito por James Sherk, anterior elemento del think tank patrocinado por Trump, America First Policy Institute, y autor de un artículo de opinión en el que abogaba por que el presidente pudiera despedir a burócratas. Sherk fungió como asistente especial del presidente durante su primer mandato, ahora forma parte del Consejo de Política Interior de la Casa Blanca. «La política de regreso a la oficina», recita un artículo de opinión del Wall Street Journal escrito por Musk y Vivek Ramaswamy, en noviembre. El texto está explícitamente orientado a forzar el desgaste de los empleados federales.
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