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Alemania se inclina por la derecha como solución a la crisis

Alemania se juega su futuro en las próximas elecciones. El nuevo canciller tendrá que encauzar las demandas y descontentos que expresa la sociedad alemana. Se trata principalmente del cuestionado y venido a menos nivel de vida, los altos costos de la vivienda y la crisis migratoria que enfrenta el país desde hace años. No es de extrañar que buena parte del electorado haya sido seducida por la derecha. La influencia política y económica de esta nación dentro de Europa ha puesto a todo el bloque en espera de lo que pueda suceder en los comicios del próximo domingo.

Luego de una campaña electoral en donde inmigración, seguridad y economía dirigieron la agenda y el debate público, todo indica, de acuerdo con las últimas encuestas de salida, que la población alemana optará por la política propuesta por Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), máximo partido de oposición. Con una intención de voto del 30%, el candidato de derecha ya ha adelantado que estará dispuesto a hacer alianzas estratégicas con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del hoy canciller Olaf Scholz, actualmente en el poder. Lo cierto es que, quien llegue al mando del país teutón, encontrará un escenario social adverso y desencantado, como el que no se había visto en décadas.


El país está implementando un programa para rehabilitar sus refugios antibombas.


De acuerdo con un estudio demoscópico de la consultora Gallup, el grueso de la población alemana se declara descontenta al percibir que su nivel de vida ha disminuído en términos generales; incluso por debajo de lo sufrido durante la crisis financiera de 2008. Si en 2023 el 42% de los alemanes decía que su economía estaba mejorando, esta cifra cayó en 2024, en donde solo el 27% sostenía tal percepción. Aunque siempre se ha visto a este territorio como punta de lanza dentro del continente europeo, analistas auguran que Alemania será el país con menos crecimiento económico este año. Grupos parlamentarios de diferentes partidos ya han propuesto reducir la burocracia y subsidiar los precios de la electricidad para intentar paliar la crisis.

Por otro lado, la juventud alemana se queja de los elevados costos de vivienda en las grandes urbes. Los precios de alquiler e hipoteca se han disparado a lo largo de 15 años. Pese a que esta tendencia se vea en otras latitudes dentro de Europa, la encuesta de Gallup pone una comparativa contundente: si en 2010 el 73% de la sociedad alemana parecía satisfecha en tal rubro, en 2024 solo el 47% declaró sentirse de acuerdo con los estándares de gasto destinado a vivienda. El actual gobierno de Scholz se había comprometido a construir 400 mil nuevas viviendas al año, pero los tipos de interés y los costes de construcción han frenado dicho esfuerzo.

Crisis de refugiados y desconfianza en el gobierno

Durante la campaña, Friedrich Merz, posible ganador de la contienda, introdujo en la opinión pública el problema en que ha derivado la admisión de refugiados e inmigrantes al territorio alemán. En la serie de atentados que este país ha sufrido en los últimos tiempos, se han encontrado refugiados como principales sospechosos. Esto ha endurecido la percepción de la población alemana respecto a este sector. El político ha dicho que estaría dispuesto a colaborar con la extrema derecha del país, es decir, con el partido Alternativa para Alemania (AfD) para ajustar y endurecer las políticas migratorias. La estrategia de alianza en este frente no es aislada; la AfD es la segunda fuerza política con mayor intención de voto en estas elecciones, por detrás del partido concervador y del SPD.

Los alemanes, según la misma casa encuestadora, muestran confianza en su Ejército y en el sistema judicial. Pero no sucede lo mismo con el Gobierno. En donde la percepción de carencia de liderazgo ha mermado la confianza ciudadana en la última década. Aunque Alemania es uno de los países europeos con mejores notas en calificación de Gobierno, este parámetro cayó en 50% en 2024. Al dejar la cancillería, por ejemplo, Angela Merkel sostenía un 65% de aprobación popular. La actual crisis de credibilidad coincide con la nula aceptación de la coalición tripartita promovida por el actual Gobierno.

Cómo funciona el sistema electoral alemán

El sistema electoral alemán utiliza mecanismos que combinan votaciones proporcionales y mayoritarias con el fin de evitar que un solo partido obtenga demasiado poder. Esto favorece la creación de coaliciones pero también que se garantice un parlamento que refleje la voluntad de los votantes. Este mecanismo se basa en el doble voto. Los ciudadanos alemanes pueden emitir dos votos en la misma boleta. La primera señala al candidato a elegir como miembro del parlamento en la localidad del votante. El ganador obtiene directamente una posición dentro del Bundestag, el órgano legislativo supremo. El segundo voto está dirigido al partido. Esta es quizá la más importante porque determina cuántos escaños tendrá cada frente político en el parlamento.



Los partidos presentan listas distintas en los 16 estados federados y, para ingresar al parlamento, deben superar el umbral del 5% de los votos a nivel nacional. Esto, a su vez, ha generado conflictos en el pasado, ya que un partido podía obtener más escaños directos en los distritos electorales de los que debería haber conseguido en función del porcentaje del segundo voto. Una reforma del 2023 puso como tope un máximo de 630 parlamentarios para evitar un malsano crecimiento burocrático; el cual, por cierto, es otro motivo de insatisfacción popular.

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