CiberseguridadNegociosTecnología

Elon Musk y Donald Trump han elegido el camino del caos para poner a prueba el Estado

Dos meses después del inicio del segundo gobierno de Trump, Estados Unidos se encuentra sumido en el caos . Decenas de miles de trabajadores son despedidos una semana y recontratados a la fuerza la siguiente. Los aranceles suben y bajan, no por estrategia, sino por el capricho de un solo hombre. Las deportaciones desafían las órdenes judiciales, precipitando al país hacia una crisis constitucional. La única constante es la volubilidad.

En teoría, eso puede resultar sorprendente. Se supon que el principal atractivo de Donald Trump es que es un empresario de alto nivel. Lo mismo ocurre con Elon Musk . Su discurso resumido es el que dice que, gracias a la fuerza de su astucia combinada, Estados Unidos se salvará de la «quiebra» o algo peor. Sin embargo, no hay muchos estudios de caso de la Escuela de Negocios de Harvard que sugieran que la máxima inestabilidad sea el camino al éxito.

Mientras tanto, la incertidumbre tiene consecuencias internacionales. En Estados Unidos, el turismo se ha desplomado , pues los visitantes cancelan sus viajes a un país que es cada vez más abiertamente hostil hacia los extranjeros. Europa se está rearmando ante una mayor posibilidad de conflicto, a medida que Ucrania se convierte en el eje sobre el que pueden pivotar décadas de solidaridad entre Estados Unidos y el viejo continente. Los aliados han considerado compartir menos información de inteligencia con sus homólogos estadounidenses, dada la creciente relación de la administración Trump con Vladimir Putin.


Un elemento estético de la pick-up insignia de Tesla es propenso a desprenderse y causar accidentes debido al pegamento que se usó para colocarlo.


Es un cambio de bando digno de una trama de lucha libre. Pero Estados Unidos no se dedica a vender espectáculo. Su valor reside en su fiabilidad. En cambio, ahora es errático, impredecible. Es caótico. La política internacional es un asunto de relaciones y Donald Trump parece empeñado en socavar las relaciones de Estados Unidos a cada paso (bueno, excepto con Moscú).

El gobierno de Trump ha ordeno despidos masivos en el marco de un plan de reducción del gobierno. La buena noticia es que muchos de esos empleados están siendo reincorporados, a medida que el sistema judicial ha comenzado a funcionar lentamente. Pero esa reincorporación en sí misma podría ser temporal, dependiendo de lo que dicten los tribunales superiores. E incluso si esos trabajadores regresan, ¿cuán motivados estarán para quedarse ahora que saben el verdadero valor que ve en ellos su empleador?

Más aún, ¿quién iría a trabajar para el gobierno estadounidense en su estado actual? El servicio civil no paga muy bien, pero al menos te da la sensación de estar cumpliendo una vocación superior con un plus de seguridad laboral. Las únicas vocaciones que se están cumpliendo ahora mismo son la gira de retribución de Donald Trump y el festival de IA amateur de Elon Musk. Pronto, se quedarán sin becarios de SpaceX para contratar.

En cuanto a Musk, hace semanas que afianzó su control sobre los mecanismos del gobierno federal. Sin embargo, la instalación de terminales Starlink en la Casa Blanca, sus repetidos ataques contra jueces federales en X, su abierta desestimación del Congreso… nada de esto es normal. Con todo, cuanto más se prolongan, más se siente que podría llega a serlo.


Collage de la cara de Elon Musk dentro de la forma de Estados Unidos

El grado en que los intereses de Donald Trump y Elon Musk están entrelazados no tiene precedentes y, en última instancia, es insostenible.


De eso se trata. La normalización del caos. La insistencia constante en que no importa lo extravagante, lo peligroso que sea este alejamiento de la democracia: en realidad no es nada por lo que debamos molestarnos. Hay que intentar rehacer el gobierno de EE UU tan rápida y radicalmente como sea posible, porque de otro modo ¿cómo saber hasta dónde puede estirarse la liga realmente? Dispara a la luna; aunque falles, aterrizarás entre la caquistocracia.

La buena noticia es que hay una salida. Los tribunales ya han parado las acciones del DOGE en varios momentos y han revocado algunas de sus actividades más extremas. El Congreso podría despertarse mañana y recordar que es uno de los tres poderes de la Unión. La presión pública puede recordar a los políticos que las elecciones no se deciden solo por la esquina en la que está el hombre más rico del mundo. Los límites existen, aunque haya que reforzarlos.

Artículo publicado originalmente en WIRED, adaptado por Manuel de León.

DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/elon-musk-y-trump-han-elegido-el-camino-del-caos

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba