Por más de 30 años, los primeros minutos de esta película lograron que millones de espectadores evitaran escalar una montaña

A principios de los años 2000, la tercera entrega de Destino Final logró que muchas personas temieran subirse a una montaña rusa. Lo mismo provocó en su época Tiburón al generar un genuino pavor sumergirse en el mar abierto para nadar. Las fobias provocadas por el cine parecen comunes, y Sylvester Stallone fue parte de ello.

Un veterano alpinista de rescate abandona su profesión tras un trágico accidente que lo dejó sumergido entre la culpa y la depresión. Cuando un avión se estrella en medio de aquellas mismas montañas, se verá obligado a enfrentar sus miedos y emprender una misión de rescate. Pero todo cambiará al darse cuenta que irá en búsqueda de un grupo criminal. Esto es: Riesgo Total.

En la piel de Gabe Walker, Stallone protagoniza este thriller de acción considerado uno de los mejores largometrajes del actor. Estrenada en 1993, la cinta de Renny Harlin nos transporta a la cima de las Montañas Rocosas, donde muchos quedaron sin respiro y al borde del asiento en múltiples momentos.

Titulada originalmente como Cliffhanger, la película destacó no solo por su intensa carga de adrenalina en diversas secuencias, sino por su escena de apertura que traumatizó a los espectadores. Esta huella imborrable quedó gravada en la memoria colectiva y desalentó la práctica de alpinismo.

Los primeros 30 minutos del filme nos muestran a Gabe en su intento por rescatar a la novia de su mejor amigo, Sarah. Atrapada en un pico montañoso, Sarah queda en medio del abismo aferrada a una cuerda y sostenida solo por una hebilla. A pesar de los desesperados intentos de Gabe por salvarla, la tragedia es inevitable.

Breve pero tensa, la escena fue rodada con efectos prácticos impresionantes para ese entonces. Crudeza e incertidumbre. Gritos e imágenes impactantes. La combinación de todos estos factores impulsados por un guion lleno de inquietud, hizo de este primer fragmento un hito en el cine de acción.

Convertida en un referente del vértigo, la cinta provocó un pequeño desliz en la popularización de los deportes de montaña, pero ello no evitó que fuera un referente en la filmografía de Sly. Hasta donde sabemos, una secuela se encuentra en desarrollo. Si bien no traerá de regreso a la estrella de Rambo, la historia promete una versión padre-hija de Duro de matar.

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