El Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk está siendo auditado

La Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) está auditando el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk. De acuerdo con fuentes y registros consultados por WIRED, la investigación lleva en marcha desde marzo y abarca el manejo de datos por parte del DOGE en varias agencias a nivel de gabinete, incluidos los Departamentos de Trabajo, Educación, Seguridad Nacional, Salud y Servicios Humanos, el Tesoro y la Administración del Seguro Social (SSA, por sus siglas en inglés).
Los registros muestran que la GAO, una agencia independiente de auditoría, investigación y estudio para el Congreso, está solicitando información exhaustiva a los departamentos en cuestión, incluidos informes de incidentes sobre «uso indebido potencial o real de los sistemas o datos», así como documentación de las políticas y procedimientos relacionados con los sistemas a los que han accedido los operativos del DOGE.
¿Y quién vigila al DOGE?
En los últimos meses, muchos agentes del DOGE, vinculados con empresas de Musk pero con poca o ninguna experiencia en la administración pública, se han infiltrado en docenas de agencias federales como parte del plan de Musk para despedir a miles de empleados. Además, han obtenido acceso inicial a cantidades incalculables de datos confidenciales, desde sistemas de pago del Tesoro hasta registros fiscales, y parecen estar intentando conectar sistemas de datos intencionalmente dispares.
Aunque varios funcionarios demócratas han alertado sobre las actividades del DOGE, esta auditoría es uno de los primeros indicios reales de una posible rendición de cuentas. Según los registros revisados por WIRED, se espera que la revisión de la GAO concluya esta primavera. Fuentes del Congreso señalan que se elaborará un informe público.
Sarah Kaczmarek, portavoz de la GAO, explicó a WIRED que han recibido solicitudes para revisar las medidas adoptadas por el DOGE en múltiples agencias: «Lo primero que hace la oficina al comenzar cualquier trabajo es determinar el alcance total de lo que cubriremos y la metodología que se utilizará. Hasta que eso no esté hecho, no podemos proporcionar ningún detalle adicional o estimación sobre cuándo se completará el trabajo».
En términos generales, la auditoría se centra en el cumplimiento por parte del DOGE de las leyes y reglamentos sobre privacidad y protección de datos. Concretamente, y de acuerdo con los registros que detallan las interacciones de la GAO con el Departamento de Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés), la agencia llevará a cabo una revisión detallada de todos los sistemas a los que el DOGE ha tenido acceso en las agencias que está examinando. El DOL no respondió a las solicitudes de comentarios.
Las notas obtenidas por WIRED detallan una reunión propuesta entre los examinadores de la GAO y los representantes del DOL, en la que se solicitó a los funcionarios correspondientes que compartieran los registros proporcionados a los afiliados del DOGE, incluida «cualquier modificación de las cuentas», así como los documentos de auditoría que muestren su actividad.
Además, se pidió a los servidores públicos del DOL que prepararan una reunión presencial en la que los funcionarios de la GAO pudieran observar la configuración de las laptops que la agencia había proporcionado a los operativos del DOGE y revisar todos los sistemas que rastrean su trabajo en el DOL, incluida una herramienta de prevención de pérdida de datos y sistemas utilizados para monitorear incidentes de ciberseguridad y privacidad.
¿Qué dicen las interacciones de GAO y DOGE?
Las notas de una reunión del 18 de marzo, marcadas como «Internas/Confidenciales», muestran que un abogado del DOL presentó a sus colegas una visión general de las interacciones del departamento con el DOGE. «Hasta ahora no tienen acceso por escrito. Han preguntado, pero los hemos mantenido a raya. Hemos intentado que nos digan lo que quieren y luego lo hacemos. Solo tienen acceso de lectura», rezan los archivos. También se aclara que el DOGE está interesado en los sistemas de pago y las subvenciones, y ha firmado un acuerdo en el que se detalla una “larga lista de cosas que no harán”.
Las preocupaciones sobre el acceso del DOGE a los sistemas de la agencia no son infundadas. En febrero, WIRED informó que Marko Elez, un antiguo ingeniero de X de 25 años, tenía capacidad no solo para leer el código de los sistemas del Tesoro, sino también para escribirlo o modificarlo. Con ese nivel de acceso, se temía que pudiera cortar pagos autorizados por el Congreso o hacer que los sistemas simplemente dejaran de funcionar. «Es como saber que hay piratas informáticos en tu red, pero que nadie te permite hacer nada al respecto», declaró entonces un empleado del Tesoro a WIRED.
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