Jianwei Xun, el filósofo que nunca existió o cómo un libro de IA predijo su propia farsa

Si buscas a Jianwei Xun en Amazon, aparecerá como autor de ‘Hipnocracia: Trump, Musk y la nueva arquitectura de la realidad‘. “Un libro crucial para comprender cómo el control se ejerce actualmente no reprimiendo la verdad sino multiplicando las narrativas, haciendo que cualquier punto fijo se vuelva imposible», dice la descripción del ensayo filosófico. Hasta hace poco, era el filósofo revelación de la era digital. El problema es que Jianwei Xun nunca existió. Se trata del primer ‘pensador fantasma’ creado con inteligencia artificial.
Fue Sabina Minardi, redactora jefe de L’Espresso, quien destapó el engaño. Intrigada por la misteriosa figura de Jianwei Xun —cuyo libro Hipnocracia circulaba como obra de un prestigioso filósofo de Hong Kong— intentó contactarle sin éxito. Tras investigar, descubrió la verdad: su biografía en Wikipedia, sus supuestos estudios e incluso sus citas eran ficticios. Xun era el invento de un editor italiano, una operación impecable donde la inteligencia artificial fue cómplice clave.
Hipnocracia se postula como un ensayo visionario que desentraña la frontera entre realidad y manipulación en la era digital. Con una tesis inquietante: el capitalismo ya no necesita fábricas cuando puede poseer mentes.
El libro expone cómo las tecnologías emergentes redefinen el poder a través del control perceptivo. “En la era de la posverdad y la inteligencia artificial, el poder ya no opera mediante la represión, sino mediante la manipulación de la percepción de la realidad. En este revolucionario ensayo, Jianwei Xun analiza el surgimiento de una nueva forma de control social: la hipnocracia, un régimen que no censura ni reprime, sino que induce un trance funcional permanente mediante la modulación algorítmica de la conciencia colectiva”, anuncia Amazon en la descripción del libro. “Desde las figuras emblemáticas de Trump, Musk y otros dirigentes mundiales, hasta las arquitecturas de atención de las plataformas digitales, Xun desvela los mecanismos mediante los cuales el poder moldea nuestra percepción de la realidad. Un análisis lúcido e inquietante que va más allá de las críticas tradicionales a la sociedad digital para revelar cómo la propia realidad se ha convertido en un campo de batalla político”.
El análisis de Xun es implacable: Trump y Musk representan el tándem perfecto del capitalismo de ficción. Mientras el primero convierte la política en reality show (destruyendo el pacto entre palabras y realidad), el segundo vende futuros especulativos como si fueran productos terminados. Esta simbiosis —advierte el texto— crea un nuevo tipo de sujeto: adicto a la polémica estéril y a la promesa diferida, incapaz de distinguir entre espectáculo y sustancia.
La autoría real de ‘Hipnocracia’ es un engaño en capas: mientras Andrea Colamedici aparece como mero traductor, en realidad coescribió el texto con sistemas de IA, evadiendo así el requisito legal europeo (UE IA Act 2024) que obliga a identificar todo contenido generado artificialmente.
La teoría ha ganado relevancia en círculos intelectuales y medios especializados. Un ejemplo destacado es Cecilia Danesi, investigadora del Instituto de Estudios Europeos y Derechos Humanos de la Universidad Pontificia de Salamanca, quien analizó en profundidad los postulados de Hipnocracia durante una presentación en Cannes. En la mesa llamada ‘Metamorfosis de la democracia, cómo la inteligencia artificial quiebra la gobernanza digital y redefine nuestra política’ desgranó cómo el libro deconstruye la “nueva arquitectura de la realidad” encarnada por figuras como Trump y Musk.
Desde su lanzamiento el 15 de enero, ‘Hipnocracia’ ha demostrado ser un fenómeno editorial innegable: con tres reimpresiones en apenas dos meses, se mantuvo entre los 20 ensayos más vendidos y generó un torrente de reseñas y citas en medios internacionales. Todo esto, curiosamente, a pesar de las pistas deliberadas -y luego evidentes- sobre su naturaleza artificial. El caso de Jianwei Xun, un autor no era un filósofo real sino una creación colaborativa entre un ensayista humano y plataformas de IA, añade una capa de ironía al propio tema del libro: la manipulación de la percepción en la era digital. El libro argumenta que el control social ya no se ejerce mediante la censura clásica, sino a través de la saturación de narrativas y la modulación algorítmica de la atención. Que el propio Jianwei Xun sea un producto de IA refuerza su tesis: en la era de la posverdad, la autoría y la autenticidad se diluyen.
En la era de los deepfakes y los contenidos generados por IA, esto no es una travesura inocente: es un desafío directo a la confianza que sostiene el discurso intelectual. Las propias cifras de Andrea Colamedici lo revelan. En una entrevista pública tras desvelarse el engaño, estimó que aproximadamente el 40% del libro fue generado por IA, principalmente en borradores iniciales.
Su labor, según describió, consistió en “esculpir piedra lingüística en bruto”, curando, fusionando y refinando el material. Sin embargo, reconoció haber dejado intactos pasajes clave donde resplandecen (o confunden) la lógica y el estilo propios de la inteligencia artificial. La obra incluía más de 200 notas al pie: algunas citaban textos filosóficos reales; otras, inventadas para sostener la ilusión. Incluso la biografía ficticia de Xun, con su formación en posestructuralismo, su migración de Hong Kong a Berlín y sus ensayos en revistas académicas minoritarias, fue diseñada con precisión algorítmica para resultar verosímil a un público europeo ávido de voces intelectuales globales.
¿Importa si un texto profundo lo escribe un humano o una máquina? ¿El valor de una idea depende de su origen? Frente a esta «dictadura de la percepción», el libro propone tácticas como la “autonomía perceptiva”, más allá del fact-checking, y la “resistencia invisible”, saboteando los algoritmos desde dentro.
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