México avanza en su proyecto satelital para mejorar la conectividad y el monitoreo terrestre

El más vocal sobre la desaparición de la AEM ha sido el primer astronauta mexicano Rodolfo Neri Vela, quien ha pedido al gobierno de Claudia Sheinbaum que no se extinga la Agencia Espacial Mexicana. “Es una decisión ineficiente e injusta para la juventud mexicana que formará a las próximas generaciones de científicos en investigaciones, exploración del universo, desarrollar tecnología y divulgación de la ciencia y se convertirá sólo en una labor de trámites. Sería, además, la pérdida de 15 años de esfuerzo de científicos mexicanos que generaron aportaciones al país y al mundo”, dijo Neri Vela.

El próximo paso: un salto tecnológico (2025-2030)

El programa Satelital mexicano es el plan principal de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Actualmente, México opera con dos satélites clave: el Bicentenario, que brinda servicios fijos de comunicación para cobertura social y seguridad nacional, pero cuya vida útil está por terminar; y el Morelos III, especializado en servicios móviles de voz y datos con los mismos propósitos.

El Gobierno de México prepara el relevo generacional con un nuevo satélite geoestacionario que heredará las funciones del Bicentenario, pero con mayor alcance: cubrirá todo el territorio nacional y su zona económica exclusiva. Este proyecto no solo garantizará comunicaciones estratégicas para seguridad nacional e inclusión digital, sino que buscará desarrollar capacidades industriales locales mediante transferencia tecnológica

“Desde la Agencia estamos trabajando en un proyecto de telecomunicaciones vía satélite, en específico en el lanzamiento y puesta en órbita de un satélite de telecomunicaciones para por un lado cubrir la demanda de servicios que tiene el propio gobierno, como las instancias de seguridad nacional y estratégicas y también para colaborar con el plan de cobertura social mexicano”, dijo Brenda Escobar en entrevista con WIRED. “En ese sentido, tenemos objetivos muy claros que nos permitirán cubrir algunas localidades que en este momento, por cuestiones geográficas y de tecnología es muy alto el costo para otorgar conectividad”.

En paralelo, se optimizará el uso del Morelos III para satisfacer la creciente demanda de servicios móviles gubernamentales. Además, la Agencia de Transformación Digital centralizará la observación satelital —ya sea con tecnología propia o de terceros— para aplicaciones críticas como: monitoreo ambiental y agrícola; respuesta a desastres naturales; seguridad nacional y planeación urbana. Esta estrategia consolidará la autonomía tecnológica de México, al tiempo que creará oportunidades para la industria y profesionales nacionales en el sector espacial.

“Desde la Agencia de Transformación entendemos que el Estado debe garantizar el acceso a Internet, sabemos que el Internet es un derecho, y que también es un habilitador de otros servicios como: telemedicina, trabajo remoto. Además es necesario para acceder a servicios que otorga el propio Gobierno, como la Agenda de Digitalización. Para todo esto se requiere la conectividad es por eso que dentro de los objetivos es llegar a esta localidades, al menos a un estimado de 3,000”, explicó Escobar.

México desarrollará una constelación satelital para observación terrestre

Con una trayectoria consolidada en operación satelital, México da un paso estratégico al desarrollar su primera constelación de satélites de órbita baja (LEO) para observación terrestre. Esta iniciativa del Programa Espacial Mexicano, impulsada por un consorcio de instituciones liderado por la UNAM, el IPN y coordinado por la ATDT, busca dotar al país de autonomía en el monitoreo de su territorio.

“En el caso de la constelación satelital, la Academia tiene una participación sustantiva desde lo público, evidentemente, con ciertas dependencias del sector privado por algunos componentes, piezas, elementos, que nos llevarían a un primer lanzamiento en 2027”, explica Brenda.

Expertos nacionales trabajan en equipos especializados – desde diseño satelital hasta procesamiento de datos – aplicando metodologías probadas como el sistema de ingeniería de la NASA. El Dr. José Francisco Valdés Galicia del Programa Espacial Universitario destaca que este enfoque garantiza precisión técnica mientras se forman capacidades locales.

El proyecto enfrenta retos críticos: asegurar lanzamientos mediante acuerdos anticipados con proveedores internacionales, navegar el complejo marco regulatorio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, y construir la infraestructura terrestre necesaria con estaciones de control distribuidas en territorio nacional. La iniciativa se vincula con programas educativos para formar especialistas, creando una sinergia permanente entre gobierno, academia e industria. Esta inversión estratégica promete beneficios que superarán su costo: desde mejor respuesta ante desastres hasta gestión más eficiente de recursos naturales, posicionando a México en el selecto grupo de naciones con capacidades espaciales autónomas.

«No es un lujo, es una necesidad para la soberanía tecnológica y la gestión territorial efectiva», subraya Escobar. “Y marca un hito en la historia espacial del país”.