La visa dorada de Trump de cinco millones de dólares está un paso más cerca gracias al DOGE de Musk

Lutnick propuso originalmente la tarjeta dorada de Trump como sustituto de una de estas categorías, conocida como visado para inversores EB-5, que es quizá lo más parecido que tiene actualmente Estados Unidos a un visado dorado.

Creado por el Congreso en 1990, el programa permite actualmente a unos 10,000 extranjeros obtener una green card cada año al realizar una inversión de 1.05 millones de dólares en Estados Unidos (u 800,000 dólares en zonas rurales y regiones azotadas por un elevado desempleo), apoyando al menos 10 puestos de trabajo a tiempo completo.

Según los expertos, cuando se creó el programa, los legisladores hicieron todo lo posible para que no se considerara una vía para que los oligarcas corruptos compraran injustamente su entrada en Estados Unidos. Parte de ese esfuerzo consistió en garantizar que las autoridades de inmigración evaluaran cuidadosamente cada solicitud EB-5 para verificar que los fondos de inversión no procedieran de fuentes ilegales o no deseadas.

«Hay toda una unidad en el USCIS llena de economistas y expertos en seguridad nacional» que revisan las solicitudes EB-5, indica Doug Rand, ex asesor principal del USCIS bajo la administración Biden. Durante su etapa en el Gobierno, añade Rand, había tanto papeleo asociado a las peticiones EB-5 que las altísimas pilas de expedientes hacían que el suelo de la sede del USCIS se hundiera.

No está claro si este mismo nivel de escrutinio se aplicará al programa de la tarjeta dorada. Cuando se le preguntó durante la sesión informativa de febrero si un oligarca ruso sería elegible, Trump expresó «sí, posiblemente, oye conozco a algunos oligarcas rusos que son muy buena gente.»

Los defensores del actual programa EB-5 argumentan que ha sido utilizado sobre todo por inmigrantes corrientes que ahorraron durante años para invertir en promociones inmobiliarias estadounidenses y otras empresas, y esperan recuperar su dinero algún día. En otras palabras, no se trata de un grupo de personas que puedan permitirse pagar 5 millones de dólares por una tarjeta dorada y no volver a ver esos fondos nunca más.

«La mayoría de las personas que intentan acogerse al programa EB-5 como vía para obtener la green card y la ciudadanía no disponen de ese tipo de dinero», afirma Brad Sher, director ejecutivo de EB5 Group, una empresa de inversión especializada en recaudar fondos para proyectos inmobiliarios EB5. «En su mayoría son personas de clase trabajadora que trabajan duro para ahorrar su dinero, y a menudo están utilizando la mayor parte de sus ahorros para reunir las cantidades de inversión para aprovechar el EB-5». (Sher añade que apoya la Tarjeta Dorada de Trump, aunque espera que pueda coexistir con el visado EB-5).

Durante la sesión informativa inicial en el Despacho Oval el 25 de febrero, Lutnick comentó que la iniciativa de la tarjeta dorada se pondría en marcha en unas dos semanas. Durante su entrevista en podcast, que se publicó un mes después, el 20 de marzo, también afirmó que el proyecto estaba a la vuelta de la esquina. «Dentro de unas dos semanas saldrá», prometió Lutnick, levantando la mano para enfatizar. Aún se desconoce si realmente está listo y, en caso afirmativo, cuándo se anunciará.

Información adicional de Matt Giles y Zeyi Yang.

Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.