el superdeportivo con motor V8 biturbo y 631 HP que se niega a vivir en la era hídrida y le dice no a los controles hápticos

Ferrari presentó el Amalfi y la primera reacción fue confusión. ¿Cómo que no es híbrido? ¿Cómo que no tiene controles hápticos? Justo cuando medio mundo se rinde al toque sin botones y al motor eléctrico, Ferrari hace lo contrario. Se aferra a un V8 biturbo con 631 caballos de fuerza, botones físicos, y un diseño que parece tallado por el viento. Lo presentó como el sucesor del Roma, pero en realidad es algo más: es una declaración.

El Amalfi es un coupé con motor central delantero y configuración 2+2 que parece creado por alguien que odia lo que está pasando en la industria. No tiene sistema híbrido. Y sí, tiene un botón de arranque rojo como los que ya casi no existen. Su motor, una evolución del legendario F154, alcanza 7,600 revoluciones por minuto. Acelera de cero a 100 kilómetros por hora en 3.3 segundos. A los 200 llega en nueve segundos. Todo eso con una relación peso-potencia de 2.29 kilogramos por caballo.

Ferrari desarrolló un motor como los de antes. El cigüeñal plano y los múltiples de escape afinados buscan generar un sonido limpio, mecánico y sin filtros. Mucho ayuda su caja de cambios F1 DCT de doble embrague con ocho velocidades. Además, se puede controla la intensidad según el modo de conducción. Parece que no necesita amplificadores, no necesita altavoces, solo necesita gasolina y revoluciones.

Si bien su mecánica no tiene híbridos ni baterías, sí tiene inteligencia. El sistema ABS Evo, el control de deslizamiento lateral y la dirección eléctrica con detección de agarre trabajan juntos para ofrecer una conducción precisa sin necesidad de intervenir. El alerón trasero cambia de posición según la velocidad o el tipo de curva. Genera hasta 110 kilogramos de carga aerodinámica a 250 kilómetros por hora.

Ferrari Amalfi: nuevo diseño exterior e interior

Desde fuera, el Amalfi parece un objeto esculpido, sin adornos ni pliegues innecesarios. Ferrari eligió superficies limpias y proporciones clásicas para rendir homenaje a sus berlinettas de motor delantero con distribución de peso 50-50. Pero el nuevo superdeportivo italiano no vive en el pasado. Tiene alerón activo trasero, entradas de aire funcionales y un difusor trasero que parece robado de un auto de carreras. El color de lanzamiento se llama Verde Costieray de serie lleva rines de 20 pulgadas en ambos ejes. Es elegante.

Adentro, el lujo tiene forma de aluminio cepillado y fibra de carbono. No hay controles flotantes. Todo está integrado en un tablero monolítico que envuelve al conductor y al pasajero. La pantalla central mide 10.2 pulgadas. Hay una más para el copiloto. El cuadro de instrumentos es digital, pero mantiene una estética analógica. El nuevo sistema HMI permite controlar casi todo con accesos directos físicos, sin buscar menús escondidos. Es una cabina pensada para conducir, no para distraerse.

El sistema de sonido Burmester opcional ofrece 14 bocinas con 1,200 watts. No es un lujo innecesario. Es parte de la experiencia. Igual que los asientos opcionales con función de masaje y ventilación. Hay espacio atrás para niños o maletas pequeñas. El Amalfi no es un auto práctico. Pero sí se puede usar todos los días.

Ferrari Amalfi desde el interior.

Ferrari con siete años de garantía

El Amalfi se fabrica en Maranello. Incluye siete años de mantenimiento oficial sin costo adicional. Es una política de Ferrari para garantizar que sus autos se mantengan igual de rápidos y confiables con el paso del tiempo. También es una forma de recordar que estos coches no están hechos para guardarse. Están hechos para usarse.

Ferrari creó el nuevo Amalfi (llamado así por la comuna vacacional de Italia) para quienes ya no quieren pantallas que se ensucian, motores que se apagan solos o autos que se manejan por sí mismos. Este coche no pide permiso. Solo necesita una llave y una carretera. Su precio según Top Gear será de aproximadamente 260,000 euros, algo así como 5,752,292 pesos.