Este campamento es la peor pesadilla de un adolescente (crónicamente online)

El verano. Para los adolescentes que no trabajan, es aburrido, hace calor, y también es el momento ideal para cerrar la puerta y pasar todo el tiempo viendo, jugando, enviando mensajes de texto, haciendo transmisiones en vivo, cualquier cosa menos hablar. En EE UU, casi la mitad de los adolescentes afirman estar conectados a internet casi constantemente, por lo que los adultos están cada vez más desesperados por alejarlos de la red. Las familias están estableciendo zonas libres de pantallas en sus hogares, los estados prohíben los smartphones en las escuelas y ha surgido un nuevo tipo de campamento de verano: los campamentos de desintoxicación digital, que pueden costar aproximadamente 2,000 dólares a la semana y prometen deshabituar a los asistentes de las pantallas durante todo el verano.
Siguiendo el ejemplo de un campamento de verano al uso, el programa obliga a los niños a cambiar sus teléfonos y sistemas de juego por una interacción social a la antigua. Pero en otros aspectos, es todo menos tradicional: cuenta con terapeutas preparados para tratar la adicción a las pantallas, los niños asisten a cursos de educación financiera y casi todos los campistas se sienten completamente desgraciados cuando llegan.
WIRED habló con el fundador y director de una de estas organizaciones: «La mayoría de los niños que vienen a nuestro programa están muy atrofiados socialmente. No se comunican muy bien. Todo es en abreviaturas. No hacen contacto visual. No pueden terminar una frase completa. Todo lo dicen entre dientes. No quieren dialogar en persona. Prefieren hacerlo en línea o a través de mensajes de texto».
La narración será contada por Elena Klein, con citas textuales del fundador del campamento.
70% de chicos y un 30% de chicas de 13 a 17 años
En el campamento, la mayoría de los chicos son gamers. La mayoría de las chicas son adictas a las redes sociales, aspirantes a influencers. «Ninguno de ellos quiere estar allí. Un chico se escapó y llegó hasta la autopista, algo muy inusual porque no estamos cerca de la autopista». Lo recogió la patrulla de carreteras local y lo trajo de vuelta. Hizo una huelga de hambre durante tres días y lo enviaron al hospital porque necesitaba comer. Luego su madre lo recogió.
«Cuando llegan los niños, les hacemos deshacer la maleta para asegurarnos de que han traído todo lo que tenían que traer y de que no han traído cosas que no tenían que traer. Como teléfonos. Un chico llegó con tres móviles: Cuando llegó, entregó uno. Encontramos otro en su mochila. Tres días después, su compañero lo delató y encontramos el tercero. Pensó que era divertido que se saliera con la suya durante tanto tiempo. Así son la mayoría de nuestros chicos».
La mayoría de los niños no son agresivos, no se portan mal. Suelen estar deprimidos. Pero cuando salen de su dormitorio, cerramos las puertas. Les digo: «Estar deprimido en tu dormitorio no es una actividad del campamento».
Sus hábitos de sueño y alimentación son horribles. La mayoría de los chicos, sobre todo los que juegan online, están despiertos hasta las dos o las tres de la mañana. No se levantan hasta el mediodía o más tarde. Es un desastre. Y sus hábitos alimenticios son igual de horribles: Doritos y Gatorade, tentempiés poco saludables.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/este-campamento-es-la-peor-pesadilla-de-un-adolescente-cronicamente-online




