Borrar tus datos es una pesadilla debido a ciertas empresas. Esta senadora va tras ellas

La senadora estadounidense Maggie Hassan está presionando a los principales corredores de datos después de que una investigación realizada por TheMarkup/CalMatters y copublicada por WIRED descubriera que al menos 35 empresas ocultaban información de exclusión en los resultados de búsqueda, lo que dificulta que las personas tomen el control de sus propios datos y salvaguarden su privacidad en línea.
Hassan, el principal demócrata del Comité Económico Conjunto, puso el miércoles sobre aviso a cinco de las principales empresas: IQVIA Digital, Comscore, Telesign Corporation, 6sense Insights y Findem, exigiendo que cada una de ellas explicara por qué el código de sus sitios parece diseñado para frustrar las solicitudes de eliminación.
Ninguna de las empresas respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios de WIRED. Ninguna respondió previamente a las solicitudes de comentarios durante la investigación.
Una decisión de diseño
La ley de California exige a los corredores de datos que proporcionen una forma de eliminar los datos personales; sin embargo, la investigación descubrió que docenas de corredores registrados ocultaban sus herramientas de exclusión de Google y otros resultados de búsqueda. Los defensores de los consumidores consideran que se trata de una «solución inteligente» que socava el derecho a la intimidad y puede constituir una práctica ilegal, una decisión de diseño que, según el regulador de la privacidad de California, erosiona «la autonomía, la toma de decisiones o la capacidad de elección del consumidor a la hora de hacer valer sus derechos de privacidad o dar su consentimiento».
Hassan quiere que las empresas justifiquen la ubicación de sus páginas de exclusión; reconozcan si utilizaron código para bloquear la indexación de búsquedas y, en caso afirmativo, contra cuántos usuarios; también que se comprometan a eliminar cualquier código de este tipo antes del 3 de septiembre y faciliten al Congreso los resultados de auditorías recientes y las medidas adoptadas desde la investigación, en su caso, para mejorar el acceso de los usuarios.
«Los corredores de datos y otros proveedores en línea tienen la responsabilidad de evitar el uso indebido de los datos de los consumidores, y los estadounidenses merecen saber si se está utilizando su información personal y cómo», escribió Hassan, citando otras tácticas empleadas por las empresas: obligar a los usuarios a desplazarse por varias pantallas, rechazar ventanas emergentes innecesarias y buscar enlaces en texto reducido.
Entre bastidores, los intermediarios de datos alimentan una industria multimillonaria que comercia con información personal detallada, a menudo recopilada sin el conocimiento o el consentimiento del usuario. Recopilan extensos expedientes, a menudo repletos de historiales precisos de localización, inclinaciones políticas y afiliaciones religiosas, y luego venden y revenden esos perfiles, impulsando desde anuncios hiperdirigidos hasta la vigilancia policial.
Incluso entre los pocos estadounidenses que conocen la existencia de este ecosistema de vigilancia, son menos los que comprenden su verdadera magnitud, o las formas en que puede moldear sus vidas, influir o inmiscuirse en ellas.
Nos están mirando
A principios de este año, la administración Trump abandonó discretamente una propuesta de norma que habría limitado drásticamente la recopilación y venta de datos de los estadounidenses por parte de los intermediarios, al tratar a determinados intermediarios como «agencias de informes de los consumidores» en virtud de la Ley de Informes de Crédito Justos. Al mismo tiempo, documentos contractuales muestran que la comunidad de inteligencia estadounidense está preparando un mercado centralizado para agilizar las compras de datos disponibles comercialmente, dando a las agencias acceso compartido a grandes depósitos de información sensible sin las órdenes judiciales que de otro modo se requieren para la vigilancia tradicional.
Para las supervivientes de violencia doméstica, agresión sexual y acoso, los riesgos son graves. El Proyecto Red de Seguridad de la Red Nacional para Acabar con la Violencia Doméstica advierte que los intermediarios de datos recopilan y venden grandes cantidades de información que puede poner en peligro a los supervivientes, y añade que la exclusión voluntaria ya es un proceso engorroso y fragmentario, que obliga a las personas a ponerse en contacto con las empresas una por una, a navegar por formularios difíciles de encontrar y a volver a presentar solicitudes de eliminación con regularidad, ya que la información se vuelve a recopilar y a incluir en las listas.
«En lugar de obligar a la gente a navegar por laberintos bizantinos para proteger su información personal, estas empresas tienen la responsabilidad de hacer que las herramientas que permiten a los estadounidenses ejercer su derecho a la privacidad sean fáciles de encontrar y utilizar», explica Hassan a WIRED.
Sean Vitka, director ejecutivo de Demand Progress, un grupo de defensa sin fines de lucro crítico con la industria, compara el ecosistema de vigilancia subyacente a los mercados comerciales de datos con las colas anudadas de un rey de las ratas: una maraña inseparable de entidades sostenidas por flujos de datos sin control. «El daño causado por los intermediarios de datos se manifiesta de innumerables maneras», indica, «pero todo está posibilitado por el mismo abuso depredador de los datos de los consumidores».
«Y en consonancia con lo que estamos viendo aquí, no se puede confiar en que la industria mitigue sus propios daños», concluye.
Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.
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