China construye un canal que llevará el mar a sus ciudades interiores y desafía el dominio en el comercio global

China continúa como un referente en la construcción de megaobras, con algunos de los proyectos más importantes de los últimos años, como puentes enormes o túneles que parecen imposibles. Una de estas impresionantes megaconstrucciones es el canal de Pinglu, con el que buscan crear una nueva salida al mar como parte de una estrategia comercial.
Esta obra inició en 2022 en la región de Guangxi y tiene el objetivo de conectar el río interior Yu con el Golfo de Tonkin. Funcionará como un nuevo punto de conexión para el transporte de mercancías, con lo que se ahorrarán más de 500 kilómetros de recorrido que actualmente se hacen por vía terrestre.
Se contempla que la obra comience a operar a finales de 2026, con un costo de 9,300 millones de euros. Cubrirá una distancia de 134 kilómetros y será capaz de soportar embarcaciones de hasta 5,000 toneladas de peso muerto, con 90 metros de eslora, 15.8 de manga y cinco de calado.
Para su funcionamiento, utilizará dos esclusas de 300 metros de largo y 34 de ancho, las cuales operarán rápidamente. Se abrirán y cerrarán en poco tiempo para agilizar el cruce de los desniveles.
Un dato interesante de la obra es que, de los 134 kilómetros que cubrirá, apenas 6.5 son de nueva construcción. Sin embargo, ya se han realizado trabajos para adecuar ríos y dar espacio a los barcos. Hasta ahora, se han movido más de 50 millones de metros cúbicos de material y se espera que al final de la construcción sean más de 339 millones, un volumen tres veces mayor que el de la presa de las Tres Gargantas.
Además, en esta obra se utilizan materiales específicos, como una mezcla de hormigón diseñada para resistir la erosión del agua marina durante más de 100 años y así reducir el mantenimiento.
Sin embargo, a pesar de sus datos impresionantes, la obra no está exenta de controversias. Estas surgen por la cantidad de tierra que se debe mover, las afectaciones a zonas cercanas a los ríos y el peligro que representa para el ecosistema de algunas especies, ya que los trabajos se realizan cerca de zonas de manglares.
Una nueva «Ruta de la Seda» marítima
El objetivo final de la obra es que barcos de hasta 5,000 toneladas puedan viajar directamente desde las zonas interiores de la región hasta los puertos marítimos para luego seguir su destino, en lo que se considera una nueva especie de «Ruta de la Seda«.
El canal de Pinglu se vincula estrechamente con el nuevo corredor comercial de China, que busca conectar el interior y suroeste del país con mercados internacionales. El fin es fortalecer la actividad económica y diversificar las rutas de importación y exportación, principalmente hacia Europa, pero también al resto de Asia y África.


La obra también tiene otros objetivos. Por un lado, busca reducir los costos de transporte, ya que el barco es más económico que el camión, el tren o el avión, con un ahorro anual estimado de 725 millones de dólares. Por otro lado, tiene beneficios locales:
- Aliviar el tráfico en las zonas industriales de la región.
- Mejorar la gestión del agua de riego.
- Ayudar a evitar inundaciones en el área.
Este proyecto forma parte de una estrategia más amplia de China. El país busca desarrollar otros corredores internacionales que le permitan evitar ciertas regiones geográficas, aumentar sus beneficios comerciales, reducir la contaminación y, eventualmente, incrementar su importancia global.
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