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En busca de la huella de la ansiedad de los lunes en tu cuerpo

La ansiedad que muchos experimentamos los lunes no necesita presentación. Lo que sí hay es una infinidad de memes sobre el día más odiado de la semana. Pero, ¿hasta qué punto se teme realmente este momento? ¿Se siente realmente en la piel la incomodidad que vemos aparecer en las redes sociales al inicio de cada semana? Y más importante aún, ¿cuánto puede afectar la salud? Esta última cuestión está siendo estudiada por investigadores, quienes se refieren a esa sensación de ansiedad, mal humor y preocupación asociada al inicio de la semana con el término “lunes azul” (Blue Monday) o “efecto lunes”. Entre los últimos expertos en estudiarlo se encuentra un equipo de investigadores de la Universidad de Hong Kong.

Estos científicos se centraron particularmente en estudiar la «huella biológica» de los lunes en el cuerpo. Es decir, intentaron comprender si las personas que más sufren los lunes también presentan rastros de este tipo de estrés en su fisiología. ¿Cómo lo hicieron? Estudiando los niveles de la hormona del estrés más conocida, el famoso cortisol, cuya producción se genera en la glándula suprarrenal y está vinculada a la función del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HHA).

Los ataques cardíacos aumentan los lunes

Antes de profundizar en los méritos de este estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista Journal of Affective Disorders, hagamos una breve introducción. El tema de los lunes y sus posibles efectos sobre la salud se ha estudiado durante ya algún tiempo, al igual que el “efecto fin de semana”. Estudios que se remontan a principios de la década de 1990 han destacado un mayor riesgo de eventos cardiovasculares (principalmente infartos, pero no exclusivamente) durante los lunes, y, más recientemente, ha surgido nueva evidencia al respecto. No solo se observa un aumento de eventos cardiovasculares al comienzo de la semana, sino que, en algunos casos, estos parecen ser incluso más graves. ¿Qué puede explicar estos datos?

La relación del estrés y el cabello

Según los investigadores de Hong Kong, una hipótesis es que el comienzo de la semana, junto con los sentimientos de ansiedad que lo acompañan para muchas personas, alteran la función del eje HHA, y en particular el cortisol (que a su vez está vinculado al riesgo de eventos cardiovasculares). Para entender si esta hipótesis tenía fundamento, los investigadores realizaron un estudio en 3,500 personas utilizando cuestionarios para registrar sus niveles de ansiedad el día anterior y posteriormente tomando muestras de cabello para analizar la presencia de cortisol.

Tal como señaló Clemens Kirschbaum, experto en neuroendocrinología del estrés, en un artículo reciente, medir los niveles de cortisol en el cabello es una forma de obtener una imagen de lo que ha sucedido en los meses anteriores, no solo en el momento de la muestra. Esto se debe a que el cortisol se propaga a través del cabello en crecimiento, y medir sus niveles en estas muestras proporciona una ventana a sus variaciones en meses anteriores (los mismos investigadores del nuevo estudio enviaron muestras de cabello al laboratorio de Kirschbaum en Alemania para su análisis). Algo similar, explica Kirschbaum, se hace con la hemoglobina glucosilada, que se utiliza para monitorear los niveles de azúcar en sangre durante aproximadamente los dos meses anteriores. Esto es exactamente lo que hicieron los investigadores chinos al analizar el cortisol producido en los participantes del estudio durante los meses previos, extrayendo la hormona de muestras de cabello de unos dos centímetros.



Nuevos hallazgos

Los resultados mostraron que quienes reportaron sentirse más ansiosos al comienzo de la semana mostraron una desregulación del eje HHA, con niveles de cortisol promedio más altos (alrededor de un 20%). “Estudios previos han arrojado cierta evidencia de niveles más altos de cortisol entre semana en comparación con los fines de semana, pero nadie había identificado un efecto específico de ansiedad el lunes”, afirma el artículo. El efecto del lunes, continúan los autores, solo se explicó parcialmente por una ansiedad específica del lunes; el resto de las diferencias se debieron a “diferentes efectos de las características de las personas que reportaron sentirse ansiosas los lunes”. Además, otro hallazgo interesante que destacan los investigadores es que este efecto desde el comienzo de la semana se observó no solo entre quienes trabajan, sino también entre quienes ya se han jubilado. “No se trata del trabajo, sino de cuán profundamente los lunes están arraigados en nuestra fisiología del estrés, incluso después de terminar nuestra carrera”, comenta Tarani Chandola, de la Universidad de Hong Kong.

Los autores concluyen que el efecto lunes, además de tener una firma biológica, no puede ser una coincidencia, y documentarlo y analizarlo puede ser el punto de partida para desarrollar estrategias de prevención adecuadas a nivel sanitario. Quizás, añaden al final de su artículo, también podrían ser útiles realizar estudios que estén dirigidos a comprender por qué, en algunos casos, las personas nunca se acostumbran a los lunes.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Andrea Baranenko.

DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/en-busca-de-la-huella-de-la-ansiedad-de-los-lunes-en-tu-cuerpo

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