Todo lo que aprendí al usar el iPad como laptop personal con iOS 26

Incluso los más fans del iPad han empezado a perder la fe en los últimos años. Apple ha coartado constantemente el potencial de su tablet, uniendo chips de grado portátil con un sistema operativo que gritaba: «Sigues necesitando una Mac para hacer tu trabajo». Pero ahora, iPadOS 26 promete una multitarea similar a la de Mac, una renovada aplicación Archivos y tareas en segundo plano adecuadas. El tipo de actualizaciones que debes investigar a fondo.

Como aquí en WIRED hacemos las cosas bien, esto no podía ser un simple vistazo superficial a las nuevas características. Para ver si la tablet pasaba el examen, decidimos que alguien debía trabajar únicamente con un iPad durante toda una semana. Así que, en nombre de la ciencia, aquí está el relato de cómo apagué mi iMac, configuré mi iPad Pro con una mezcla de accesorios y optimismo mal enfocado, y logré usar la tablet de Apple exclusivamente para trabajar y jugar por igual.

Día 1: Muchas expectativas

Con mucha inquietud, mi mirada se desplaza de mi iMac M1 de 24 pulgadas a mi iPad Pro M2 de 6ª generación con 16 GB de RAM. En términos de potencia, pienso que es una lucha justa. Para no tener que limitarme a la pantalla relativamente pequeña del iPad, conecto una pantalla externa de 13 pulgadas, 1080p, mediante un concentrador HDMI USB-C. A continuación, añado un teclado y un trackpad de Apple, junto con mis altavoces Bluetooth Ruark MR1. Después de un rápido emparejamiento, los Ruark ya emiten audio. Un buen comienzo.

Pero rápidamente encuentro lagunas en las aplicaciones. No hay BBEdit, el editor de texto y código para macOS. No hay Transmit para FTP y acceso a almacenamiento en red, aunque FileBrowser entra ahí. De repente, me acuerdo de que Scrivener en el iPad carece de la vista de dos páginas de la versión para Mac que utilizo para escribir textos largos. Así que uso Pages de Apple por primera vez en mucho tiempo.

El nuevo sistema de ventanas de iPadOS 26 es una revelación. Se acabó el incómodo Stage Manager y sus exasperantes limitaciones. Ahora las ventanas van exactamente donde yo quiero que vayan, y hay muchos atajos, tanto táctiles como de teclado, para colocar en mosaico, encajar ventanas y moverlas entre pantallas.

Son aspectos tomados de la Mac, al igual que la nueva barra de menús, que se oculta automáticamente. Aún más molesto: la barra de menús sustituye, en lugar de complementar, la fantástica «hoja de trucos» de atajos de teclado que aparecía al mantener pulsada la tecla Comando en iPadOS 18. Vamos, Apple, no hagas que la gente busque en los menús.