Hades II: hemos probado la esperada secuela y es más adictiva que el título original

¿Por qué todo mundo habla de la jugabilidad de Hades?

Hades y Hades II pertenecen al subgénero roguelite. No hay puntos de guardado tradicionales. El jugador parte del punto A, atraviesa B, C y así hasta Z, mientras mejora habilidades con opciones generadas aleatoriamente. Si muere, vuelve al inicio. La gracia de este aparente gameplay repetitivo es que uno debe aprender a aceptar la frustración y mejorar en cada partida o run, hasta que, de un solo intento, se complete el juego.

En Hades, esta arriesgada dinámica funcionó muy bien. En la secuela, el equipo aumentó las opciones de mejora para que cada intento aporte progreso y reduzca la sensación de “tiempo perdido”. No importa cuántas veces juegues, Hades II siempre recompensa con avances y fragmentos de historia. En la siguiente run estarás más preparado y sabrás más del contexto. Gracias a este sistema, muchos caerán en la clásica trampa del “solo un intento más y me voy a dormir”.

Entre lo nuevo de la secuela está un sistema de cartas de tarot que otorga mejoras pasivas, mecánicas de creación de objetos, la llegada de una barra de magia o “mana”, la posibilidad de elegir una mascota que te acompañe y, por supuesto, nuevas armas orientadas al perfil de la nueva protagonista, que es una hechicera. Las opciones permiten que el jugador modifique mejor que nunca su estilo de juego, desde ser un tanque hasta el ataque rápido.

En Hades II casi todo funciona

Melínoe, hija de Hades y hermana de Zagreo, protagoniza una historia que mantiene el arte cautivador del primer juego. El doblaje en inglés brilla, las conversaciones traducidas al español abundan y los personajes secundarios aportan carisma. Los jefes finales destacan y el juego ofrece dos rutas paralelas para quienes buscan variedad.

Dado que es un título que no exige recursos abismales de procesamiento gráfico, su versión para Nintendo Switch 2 se mueve con fluidez y no tiene tirones en los momentos de mayor frenetismo. La plataforma es todo lo que un juego como Hades II necesita. Después de todo, los roguelites se suelen disfrutar mejor en una consola portátil, más que en una computadora, laptop o consola de sobremesa. El único problema sigue siendo la gestión de la batería. En títulos tan adictivos como este, en donde se invierten decenas de horas, será bastante común encontrarte con el aviso de batería baja.

Algunas dinámicas nuevas de Hades II no son tan claras como deberían. Agradecería más información contextual de, por ejemplo, mascotas, hechizos u objetos para crear mejoras. El juego es poco amigable con aquellas personas que no han tocado el primer título. La historia de Melínoe depende del final de Hades, pero apenas ofrece información previa. El gameplay complejo, el mundo extenso y la narrativa tan hilada hacen que la curva de aprendizaje sea más extensa de lo que debería. Difícilmente lo recomendaría a alguien que no ha jugado el primer título.

Sin embargo, en cuanto pasan las primeras horas y el jugador obtiene algunas mejores y supera al primer jefe, Hades II hace su magia y engancha hasta que complete la historia. Supergiant Games expandió su mundo sin cambiar la fórmula, y su mundo, en una Nintendo Switch 2, se disfruta mejor.