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Los sistemas de censura de China se parece más a los de Silicon Valley de lo que creemos

Una filtración de documentos internos de una empresa china poco conocida ha revelado cómo se comercializan y exportan herramientas de censura digital en todo el mundo. Geedge Networks vende lo que equivale a un Great Firewall («Gran Cortafuegos»), un sistema regulatorio y tecnológico de control de Internet, que ha sido comercializado al menos a cuatro países: Kazajistán, Pakistán, Etiopía y Myanmar. La innovadora filtración muestra con todo detalle las capacidades de esta empresa para vigilar, interceptar y piratear el tráfico online. Los investigadores que examinaron los archivos lo describieron como «autoritarismo digital como servicio».

El negocio de Geedge Networks

Aunque muchas personas consideran el Gran Cortafuegos chino como un sistema gubernamental único y todopoderoso, exclusivo de China, el proceso real de desarrollo y mantenimiento funciona de manera muy similar al de la tecnología de vigilancia en Occidente. Geedge colabora con instituciones académicas en investigación y desarrollo, adapta su estrategia empresarial a las necesidades de distintos clientes e incluso reutiliza la infraestructura sobrante de sus competidores. En Pakistán, por ejemplo, Geedge obtuvo un contrato para trabajar con la empresa canadiense Sandvine, a la que posteriormente sustituyó, según muestran los archivos filtrados.

Casualmente, otra filtración de una segunda empresa china publicada esta semana refuerza esta idea. A inicios de la semana, investigadores de la Universidad de Vanderbilt hicieron público un documento de 399 páginas de GoLaxy, una empresa china que utiliza inteligencia artificial para analizar redes sociales y generar material propagandístico. Los documentos filtrados, que incluyen presentaciones internas, objetivos empresariales y notas de reuniones, podrían proceder de un exempleado descontento: en las dos últimas páginas se acusa a GoLaxy de maltratar a sus trabajadores, pagándoles mal y exigiéndoles largas jornadas laborales. El documento llevaba meses en internet antes de que otro investigador lo señalara a Brett Goldstein, profesor de investigación en la Facultad de Ingeniería de Vanderbilt.

La actividad principal de GoLaxy es distinta de la de Geedge: recopila información de fuentes abiertas en redes sociales, traza mapas de relaciones entre figuras políticas y organizaciones de noticias, e impulsa narrativas específicas en línea a través de perfiles sintéticos. En el documento filtrado, GoLaxy afirma ser la «marca número uno en análisis de macrodatos de inteligencia» en China, con tres clientes principales: el Partido Comunista Chino, el gobierno chino y el ejército chino. Las demostraciones tecnológicas incluidas se centran en gran medida en cuestiones geopolíticas como Taiwán, Hong Kong y las elecciones estadounidenses. A diferencia de Geedge, GoLaxy parece dirigirse únicamente a entidades gubernamentales nacionales como clientes.

Pero también hay bastantes elementos que hacen comparables a ambas empresas, sobre todo en cuanto al funcionamiento de sus negocios. Tanto Geedge como GoLaxy mantienen estrechas relaciones con la Academia China de Ciencias (CAS), la principal institución de investigación gubernamental del país, según Nature Index. Y ambas comercializan sus servicios a organismos gubernamentales provinciales chinos, que enfrentan problemas localizados que desean controlar, y disponen de presupuestos para invertir en herramientas de vigilancia y propaganda.

GoLaxy no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de WIRED. En una respuesta anterior a The New York Times, la empresa negó haber recopilado datos dirigidos a funcionarios estadounidenses y calificó de desinformación la información publicada por el medio. Los investigadores de Vanderbilt afirman que fueron testigos de cómo la empresa eliminaba páginas de su sitio web tras la difusión de la información inicial.


Geedge Networks, empresa vinculada al fundador de la infraestructura de censura masiva de China, está vendiendo sus sistemas de censura y vigilancia al menos a otros cuatro países de Asia y África.


Más cerca de lo que parece

En Occidente, cuando los académicos detectan oportunidades de comercializar su investigación de vanguardia, a menudo se convierten en fundadores de startups o crean empresas derivadas. GoLaxy no parece ser la excepción. Muchos de sus investigadores clave, según el documento filtrado, continúan ocupando cargos en la CAS.

Pero no hay garantías de que los investigadores del CAS consigan subsidios públicos, del mismo modo que un profesor de una universidad pública estadounidense no puede dar por hecho que su startup obtendrá contratos federales. En su lugar, deben competir por agencias gubernamentales como lo haría cualquier empresa privada. Un documento filtrado muestra que GoLaxy asignó objetivos de ventas a cinco empleados y planeaba conseguir 42 millones de RMB (alrededor de 5.9 millones de dólares) en contratos con agencias gubernamentales chinas en 2020. Otra hoja de cálculo, de alrededor de 2021, enumera los clientes actuales de la empresa, entre ellos ramas del ejército chino, la seguridad estatal y departamentos de policía provinciales, así como otros clientes potenciales a los que se dirigía.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/los-sistemas-de-censura-de-china-se-parece-mas-a-los-de-silicon-valley-de-lo-que-creemos

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