cuatro horas de venganza absoluta

Hace más de 20 años estrenó una de las más grandes epopeyas de artes marciales contemporáneas. Un clásico consagrado entre las mejores películas del siglo XXI, según The New York Times, y que no solo sirvió como homenaje a las cintas de kung-fu chinas setenteras, sino como una obra de cuatro horas de venganza absoluta. Ahora, por fin ha regresado a Netflix. 

El día de su boda, una asesina profesional es atacada por los miembros de su propia banda criminal. Aunque logra sobrevivir al ataque, queda en coma durante cuatro largos años. Al despertar, dominada por un intenso deseo de venganza, hará todo lo posible por acabar con cada uno de sus agresores incluido el líder. Esto es Kill Bill.

Lanzada en 2003, esta cinta de acción y artes marciales es una de las grandes películas de Quentin Tarantino. Si en la década de los 90 el cineasta estadounidense se dio a conocer por su particular estilo de narrativa no lineal y exceso de violencia en pantalla, llevó estas características al siguiente nivel con Kill Bill. 

Básicamente, nos entregó un obra llena de sangre, desmembramientos, cortes por doquier, katanas, yakuzas e incluso un toque de western. Dentro de todo este cúmulo de artilugios de cine B, también se encuentra una oda al séptimo arte chino. Desde los créditos de apertura, Tarantino homenajea a la productora de películas de artes marciales Shaw Brothers, además de la utilización de los llamados zoom de choque, la vestimenta de Bruce Lee en El Juego de la Muerte, hasta la propia estética samurái. 

Con asesoramiento del coreógrafo Yuen Woo-Ping, quien también colaboró para The Matrix, se plasmaron secuencias de pelea que pocas veces se han repetido fuera del gigante asiático. De igual manera, se buscó replicar los efectos prácticos utilizados por el director Chang Cheh, e incluso incluyeron a uno de los personajes más emblemáticos de aquellos filmes en una nueva versión: Pai Mei. Para rematar, no podemos olvidar aquella icónica escena en formato de anime producto del estudio que también nos regaló Ghost in the Shell: Production IG. 

Ahora bien, al decir que esta es una epopeya de venganza de poco más de cuatro horas, se debe a que la producción se dividió en dos partes. El productor Harvey Weinstein le insistió a Tarantino para que el proyecto se lanzara en dos volúmenes. Esto con la intención de evitar el recorte de escenas y respetar la visión completa del director, la cual, según platicó el propio Tarantino, está repleta de pequeños detalles. Solo para sumar curiosidades, la historia se originó durante la producción de Pulp Fiction en 1994, donde se concibió el personaje de Beatrix Kiddo.

En cuanto a la recepción del filme, Kill Bill fue un éxito de taquilla al hacerse con más de 330 millones de dólares de recaudación por ambas cintas, estrenadas con seis meses de diferencia. Ante un presupuesto de apenas 30 millones, simplemente fue un fenómeno en su momento. En cuanto a la recepción crítica y de audiencia, tiene puntuaciones mayormente positivas en sitios como Rotten Tomatoes, IMDb, Metacritic y Letterboxd. Algunas reseñas indican: 

«Continúa la tradición del director de ‘robar’ de otras películas, copiar el estilo de otros directores y añadir una banda sonora de su colección. Y como sus otros tres films, el resultado de este saqueo es una delirante confección cinematográfica que lleva la firma propia del director». 

Screen Daily. 

«Una película elegante y visualmente impresionante […] A los fans del género les parecerá muy entretenida. Las escenas de acción están escenificadas con brillantez». 

Common Sense Media.

«Brutalmente sangriento y emocionantemente cruel de principio a fin».

The Guardian.

Con la participación de Uma Thurman como protagonista, este desfile de estrellas repleto de violencia y una lista de reproducción curada con pulcritud, resulta en una experiencia catártica para los amantes del cine. En pocas palabras, y para resumir, este thriller de venganza funciona como un collage de la cultura popular visualmente impactante. A mero juicio personal, nunca está demás revisitarla nuevamente con la única intención de disfrutar una banda sonora excelsa con litros sangre de por medio. 

Como comentamos en un inicio, si gustas disfrutar de Kill Bill Vol. 1 y 2, te recordamos que puedes encontrarlas disponibles a través de Netflix.