Europa se debate entre el euro digital y las stablecoins

Algo se mueve en el mercado de pagos. De hecho: todo se mueve en el mercado de pagos, todo el tiempo. Y Europa intenta desempeñar su papel. Desde 2023 la UE está trabajando para crear el euro digital: una nueva versión de la moneda, utilizable del mismo modo que el efectivo y las tarjetas de crédito.
Monedas virtuales como el bitcoin, por ejemplo, desempeñan ahora un papel cada vez más importante. Para complicar aún más las cosas, Estados Unidos aprobó, el 18 de julio de 2025, la Genius Act, que regula el uso de las llamadas stablecoins en ese país. En este contexto, la UE tendrá que elegir sus próximos pasos, entre una aceleración sobre la moneda digital y las medidas necesarias para hacer frente al fenómeno de las stablecoins.
¿Qué son las stablecoins?
Las stablecoins son un tipo de criptomoneda cuyo valor está vinculado al de una moneda o materia prima tradicional. Esto significa que su valor no puede cambiar de la noche a la mañana, a diferencia de otros tokens que fluctúan libremente en el mercado. El problema, sin embargo, es que las stablecoins, con un valor actual de 300,000 millones de dólares y representando el 7.5 % del mercado de criptomonedas, son monedas privadas. Esto significa que no las emite un banco central, sino una entidad ajena al sistema público y, por lo tanto, se centran en generar beneficios para sí mismas en lugar de proteger los derechos de los consumidores.
Mientras que en Estados Unidos la autorización de las stablecoins puede tener que ver con algunos intereses privados del presidente Donald Trump (en enero de 2025 el magnate lanzó su moneda meme personal llamada: $Trump), en Europa está mal vista la perspectiva de un mercado monetario en el que los particulares puedan retirar grandes volúmenes de liquidez de las arcas de los bancos centrales. Hay desequilibrios y fragmentación del mercado a la vuelta de la esquina.
En cualquier caso, incluso si Europa fuera en la dirección de las stablecoins, seguirían siendo necesarias normas comunes entre el Viejo Continente y Estados Unidos. Por ejemplo: ¿qué debería hacer un ciudadano estadounidense ante una crisis de stablecoin en Europa? ¿Qué efectos podría tener un acontecimiento de este tipo en nuestro sistema económico? Sin un sistema claro, los riesgos son elevados. Por no hablar de que quizá pronto sean las grandes empresas tecnológicas las que emitan stablecoins. Apple, Google, Meta: todas con su propia moneda. En ese caso, el nivel de control sobre los usuarios sería total.
La propuesta europea: el euro digital
Para hacer frente a los retos que plantea la evolución de los medios de pago, la Unión Europea trabaja desde 2023 en la preparación y prueba del euro digital. Que tendrá que ser financieramente viable, fácil de usar y seguro.
Es un sistema de pago que no sustituye al efectivo ni a los pagos con tarjeta o en cajeros automáticos.
A diferencia de las stablecoins, el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que emitir el euro digital. De toda la gobernanza de este nuevo medio de pago se encargaría el llamado Eurosistema, es decir, el BCE y los bancos centrales de los países que han adoptado el euro. Será posible utilizarlo para hacer compras en comercios y por internet, pero también para devolver dinero a un amigo que nos lo ha prestado. Bastará un clic en el smartphone, aunque el aparato esté desconectado o en una zona sin cobertura. Todo funcionará a través de una aplicación llamada Eurosistema.
El límite a los euros digitales
Una de las cuestiones que las instituciones europeas abordan estos días es la limitación del número de euros digitales que los ciudadanos podrán tener en sus monederos electrónicos. El temor, de hecho, es que una gran transformación del dinero de las cuentas corrientes en euros digitales pueda generar una crisis de liquidez para las entidades bancarias.
Aún no se ha anunciado el umbral, que será el mismo para todos los estados miembros. Sin embargo, el viernes 19 de septiembre de 2025 en Copenhague, los ministros de Economía y Finanzas de los países de la UE llegaron a un acuerdo con el BCE sobre cómo determinar la cantidad de euros digitales que los ciudadanos podrán tener en sus carteras virtuales, poniendo fin a un debate que comenzó hace un año. Sin embargo, ni siquiera en este caso se han facilitado los detalles de la operación.
No obstante, los técnicos ya han pensado en cómo resolver los problemas a los que podrían enfrentarse los consumidores como consecuencia del tope de euros digitales. Si, por ejemplo, el límite fuera de mil euros y el ciudadano quisiera gastar su dinero digital para hacer una compra de dos mil euros, el Eurosistema pondría a su disposición la llamada cascada, una transferencia instantánea que ingresa dinero de la cuenta corriente al monedero, permitiendo una transacción por encima del umbral.
El reglamento europeo y el calendario
Todas las normas de funcionamiento del euro digital deberán recogerse en un Reglamento, que la Comisión Europea espera que pueda entrar en vigor en 2026. Después, el BCE podrá autorizar a los bancos de cada país a emitir la nueva moneda. Eso si el Consejo y el Parlamento Europeo no piden tener la última palabra sobre la aprobación del documento. En ese caso, todo correría el riesgo de aplazarse: los bancos, en efecto, no invertirán en el euro digital hasta que no haya certidumbre sobre las normas.
Así pues, aún no hay nada seguro sobre el calendario o el costo de toda la operación. Sin embargo, según los últimos rumores, parece que pronto habrá un anuncio importante sobre el euro digital. Allí, tal vez, comience un nuevo capítulo para la economía y la ciudadanía europeas.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.
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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/europa-se-debate-entre-el-euro-digital-y-las-stablecoins