México se compromete a reducir 225 millones de toneladas de emisiones para 2030, pero recorta presupuesto climático y mantiene apuesta fósil

En un esfuerzo por acelerar el financiamiento y la acción climática previo a la Conferencia de las Partes (COP30) en Brasil, la Iniciativa Climática de México (ICM) y la Embajada de Alemania inauguraron la conferencia «PreCOP30: Diálogos climáticos hacia la implementación».
Durante el encuentro, el gobierno de México detalló las metas energéticas de la administración, aunque estas contrastan fuertemente con las críticas de organizaciones civiles sobre la política de combustibles fósiles y la falta de presupuesto para el sector ambiental. Clemens von Goetze, embajador de Alemania en México, calificó al país como un «socio muy importante» y afirmó que la COP30 será fundamental para «aumentar las metas de financiamiento climático internacional» destinadas al sur global.
La nueva estrategia energética oficial
El panel «Acción climática desde el gobierno mexicano» sirvió como plataforma para detallar las nuevas metas. Jorge Islas, subsecretario de Planeación y Transición Energética de la SENER, remarcó que el gobierno busca reorganizar el sector y anunció que el 72% de toda la nueva capacidad energética que se instale durante esta administración provendrá de fuentes renovables.
«Vamos a lograr que, en 2030, tengamos 38% de energía limpia y que en 2039 este porcentaje suba a 48%», afirmó Islas, añadiendo que se instalarán casi 5 GW de almacenamiento.
Desde la Semarnat, Jorge Luis Samaniego, subsecretario de Desarrollo Sostenible, reconoció que el principal desafío es lograr la meta de reducción del 64% de las emisiones de gases de efecto invernadero (225 millones de toneladas) hacia 2030. Para ello, señaló la necesidad de «reorientar el gasto público, mejorar los mecanismos regulatorios» y explotar la economía circular.
La secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, presentó hace unos días las siete prioridades climáticas de México rumbo a la COP30, que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil. Durante la Semana del Clima en Ciudad de México, Bárcena reafirmó el compromiso del gobierno con una «acción climática basada en la justicia social» y anunció que el país trabaja en su nueva Contribución Determinada Nacional (NDC 3.0). La actualización de la NDC fijará una meta absoluta de reducción de emisiones al 2035, alineada con el objetivo de cero emisiones netas en 2050. El documento, actualmente en consulta con los sectores industrial, de construcción y agropecuario, se estructura en cinco pilares: mitigación, adaptación, pérdidas y daños, medios de implementación y perspectiva de género.
Entre las prioridades que México llevará a la COP30 destacan el fortalecimiento del multilateralismo, el aumento del financiamiento para adaptación climática, la promoción de una transición justa desde el territorio y el reconocimiento de los conocimientos indígenas. «La COP30 será la COP de la verdad, México va con una agenda clara, realista y con la fuerza de su gente», enfatizó la funcionaria ante más de 250 participantes.
Bárcena presentó la Política Ecológica y Ambiental Humanista de la presidenta Claudia Sheinbaum como un cambio de paradigma frente al «modelo extractivista y desigualador que ha agotado los ecosistemas». La secretaria anunció que se trabaja en una Ley de Economía Circular que establecerá la responsabilidad extendida del productor, así como en el fortalecimiento de la Ley General de Cambio Climático para incorporar nuevos sectores regulados.
El gobierno también impulsa el Acuerdo Nacional de Bosques, Selvas y Manglares, con la meta de reforestar 200,000 hectáreas de bosques y 18,000 de manglares. Además, la Semarnat y la SEP trabajan con Unicef para incorporar contenidos de cambio climático y economía circular en los programas escolares.
La titular de Semarnat subrayó que la acción climática requiere la participación de mujeres, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y juventudes. «Las comunidades locales son las verdaderas guardianas de la biodiversidad, sin su conocimiento y participación, no habrá transformación posible», concluyó.
La brecha: metas vs. presupuesto y política fósil
A pesar del discurso oficial, diversas organizaciones señalan contradicciones significativas en la política de México. El principal punto de fricción es la “paradoja energética”. Mientras se habla de transición, se siguen destinando miles de millones de dólares al sostén de Pemex. Organizaciones como Greenpeace han sido enfáticas al señalar que la política energética actual, centrada en fósiles, «no es compatible con las metas nacionales e internacionales en la reducción de emisiones».
La ambición de las metas también choca con los recursos asignados. El Presupuesto de Egresos para 2025 mantiene un financiamiento «raquítico» para el sector ambiental. Y, aunque en 2024 se decretaron 20 nuevas Áreas Naturales Protegidas (ANP), el presupuesto para la comisión que las gestiona (Conanp) no aumentó, comprometiendo su operación real.
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