Platicamos con Abba Zubair, el investigador que está cultivando células madre en microgravedad

WIRED: Gran parte de tu trabajo consiste en cultivar células madre en microgravedad en la Estación Espacial Internacional. ¿Cuál es la promesa? ¿Qué esperamos obtener?
Abba Zubair: El espacio es un entorno único. La gravedad afecta todo lo que hacemos, así que piensa en la gravedad como una manta o una cortina. Si quieres “mirar detrás” de la gravedad en la Tierra, hacerlo resulta muy complicado. Por lo tanto, ir al espacio te permite ver lo que sería muy difícil hacer en la Tierra debido a la gravedad.
WIRED: ¿Qué hemos aprendido hasta ahora sobre el cultivo de células madre en microgravedad?
Zubair: Verás, no todas las células madre son iguales. Por supuesto, la célula madre más primitiva es la célula madre embrionaria. Una vez que empiezan a madurar y se convierten en células madre somáticas o adultas, se comportan de manera muy distinta. Lo que encontramos es que las células madre adherentes —las que necesitan un soporte al que aferrarse en nuestro cuerpo o en el laboratorio, en cultivo— no proliferan más rápido en el espacio. Sin embargo, la ausencia de gravedad sí afecta su funcionalidad. (Por ejemplo), las células madre mesenquimales —conocidas por generar hueso, grasa y cartílago—, no crecen más rápido en el espacio, pero su función cambia. Por ejemplo, se vuelven mucho más inmunosupresoras.
WIRED: ¿Es posible replicar en la Tierra las condiciones de la EEI? ¿Qué podemos simular y qué no?
Zubair: Tenemos en el laboratorio algunos equipos que pueden simular la microgravedad. Sin embargo, todos ellos requieren un fluido para crear flotabilidad; así es como solemos simular la microgravedad. Pero eso no es exactamente lo mismo que la gravedad real en la Estación Espacial Internacional, porque allí no necesitas agua ni ningún fluido. Así que, sí: en pocas palabras, podemos simular en la Tierra las condiciones de la Estación Espacial Internacional, aunque no de forma exacta, y aun así obtener información valiosa.
El espacio es un ambiente hostil para nuestra especie, pero investigar qué ocurre con sistemas biológicos en la EEI nos permite generar formas de combatir algunos de los efectos negativos encontrados en el espacio.
WIRED: ¿Qué riesgos para la salud surgen en la EEI?
Zubair: Hay muchos riesgos, obviamente. Puedes ordenarlos por nivel de urgencia. La manera en que está diseñado nuestro cuerpo es distribuir los fluidos corporales para contrarrestar el efecto de la gravedad. Además, los fluidos del cerebro —el líquido cefalorraquídeo— aumentan la presión (en microgravedad), y eso afecta la visión. Obviamente, no quieres tener a un astronauta ciego, eso no es bueno. Así que, en términos de urgencia, el primer lugar lo ocupa lo que llamamos el síndrome neuro-ocular asociado al vuelo espacial, que puede afectar la visión e incluso causar ceguera.
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