¿Cuánta radiación electromagnética genera la red 5G y qué tan peligrosa es?

La exposición a las radiaciones electromagnéticas de los teléfonos celulares suele ser mayor en los entornos rurales que en los metropolitanos. Suena como una paradoja, pero esto es lo que se desprendió de una investigación (revisada por expertos) hecha en Suiza por un equipo de especialistas del Instituto de Salud Global de Barcelona, como parte del Proyecto Goliat (exposición a 5G, efectos causales y percepción del riesgo mediante la participación ciudadana).
El Proyecto Goliat es un proyecto europeo de cinco años (iniciado en 2022 con un financiamiento de 9.3 millones de euros) que tiene como objetivo monitorear la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF), en particular la del 5G, así como también «proporcionar nueva información sobre los posibles efectos causales neuropsicológicos y biológicos, y comprender la percepción del riesgo y la comunicación a través de la participación ciudadana utilizando un enfoque integrador, transdisciplinario y paneuropeo».
El equipo español, dirigido por Mònica Guxens, médico, profesora e investigadora de Icrea (Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados), desarrolló y probó un nuevo protocolo para medir la exposición a la radiación de los teléfonos celulares en los escenarios cotidianos más habituales.
En aquel momento se eligió Suiza para las pruebas porque no solo están ampliamente desplegadas las redes 5G (3.5 GHz) y 4G (2.1 GHz), sino también por la contigüidad de microambientes como zonas residenciales, industriales, rurales, escuelas, parques públicos, transporte público, etc.
Conviene recordar que la investigación científica siempre ha tendido a centrarse en la medición de la exposición en dos microescenarios: la descarga de datos desde transmisores a estaciones base de telefonía móvil o antenas de radio o televisión, y la carga desde los teléfonos inteligentes de otros usuarios. Se excluyen las cargas y descargas personales, que de hecho son las más comunes.
Exposición en modo avión y en modo descarga máxima.
Escenarios inesperados en las ciudades y el campo
Los investigadores eligieron las áreas metropolitanas de Zúrich y Basilea, así como las localidades rurales de Hergiswil, Willisau y Dagmersellen. A continuación (entre el 20 de febrero y el 5 de abril de 2023, en horario laboral) midieron los niveles de RF-EMF emitidos por smartphones y grandes antenas (estaciones base de radio) y recogieron nada menos que 30,000 puntos de datos. Esto fue posible gracias al uso de una mochila especial equipada con un medidor de exposición personal, un sensor RF-EMF de banda ancha adicional y una aplicación de software de monitoreo de redes móviles.
El primer descubrimiento fue que cuando el smartphone está en modo avión, la exposición se debe principalmente a las estaciones base de radio. Y esta exposición aumenta proporcionalmente con el aumento de la densidad de población y de las infraestructuras. En los pueblos rurales de Suiza, oscilaba entre 0.17 milivatios por metro cuadrado (mW/m²) y 0.33 mW/m² en Basilea y 0.48 mW/m² en Zúrich.
“Los niveles más elevados se registraron en las zonas comerciales urbanas y en el transporte público, pero seguían estando más de cien veces por debajo de los valores orientativos internacionales”, confirmó Martin Röösli, investigador del Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical y coautor del estudio.
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