el 25% de sus ganancias termina en extorsiones

La clásica tiendita de la esquina en México esta pasando un momento crítico. Sus márgenes son cada vez más pequeños, el consumo cae, los costos suben y la delincuencia les absorbe lo poco que queda. Según un reporte de El Economista, hasta 25% de las ganancias de una tiendita termina en extorsiones, principalmente a través del cobro de piso, sobornos y robo hormiga.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), advierte que este delito se ha convertido en el enemigo número uno del pequeño comercio: “se paga un mínimo de 500 pesos semanales, unos 2,000 pesos al mes”, una cifra equivalente a la cuarta parte de la utilidad mensual de la mayoría de los negocios.

Ganancias mínimas y delincuencia creciente

De acuerdo con el reporte, una tiendita promedio genera entre 7,000 y 8,000 pesos mensuales de ganancia, con márgenes limitados a alrededor del 25%. Perder 2,000 pesos en extorsión significa operar prácticamente sin utilidad real.

Para cuatro de cada diez negocios, las extorsiones no son un riesgo eventual; son prácticas regulares y rara vez se denuncian por miedo a represalias. Los extorsionadores conocen horarios, ubicaciones de escuelas y hasta movimientos familiares de los comerciantes, lo que los coloca en un estado de vulnerabilidad total. A este escenario se suma lo que Rivera describe como “la otra cara de la extorsión”: los inspectores que exigen entre 500 y 1,000 pesos por supuestas irregularidades para permitir que el negocio siga operando.

Un delito que ya domina la vida cotidiana: la ANPEC lo pone en cifras

La crisis no es aislada. Según la ANPEC, a través de la Encuesta Pulso de la Tiendita de Barrio 2025, la inseguridad es hoy el principal problema para el 25% de los comercios y la mitad de ellos ha sido víctima de delitos como robo hormiga, corrupción, cobro de piso o extorsión. El documento señala que:

• 33% de los negocios percibe que su entorno es más inseguro que antes.
• 47% afirma que incluso sus proveedores enfrentan riesgos en el abasto.
• 15% ha tenido que reducir horarios, cambiar de domicilio o cerrar permanentemente por inseguridad.
• La extorsión “ya se ha adueñado de la vida cotidiana”, advierte la asociación.

Esta normalización del delito genera una peligrosa tolerancia; para muchos comerciantes, pagar se ha vuelto parte del costo operativo, una idea que la ANPEC califica como “alarmante”.

Derecho de piso y cobros diarios: la radiografía desde La Silla Rota

De acuerdo con La Silla Rota, en algunas regiones del país los pequeños comercios llegan a pagar hasta 500 pesos diarios en extorsiones, mientras que el cobro de piso se mantiene en los 2,000 pesos mensuales. Estados como Tamaulipas, Zacatecas, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos y partes del Bajío concentran el mayor incremento.

La inseguridad coincide con otro golpe: la inflación. La ANPEC sostiene que este “triple golpe” incrementa costos, reduce márgenes y desploma el consumo. Antes de la pandemia, el ticket mínimo rondaba los 100 pesos; hoy la mayoría de las compras está entre 50 y 100, reduciendo aún más las utilidades.

De acuerdo con El País, el Gobierno federal ha convertido la extorsión en prioridad nacional y aprobó una ley que contempla penas de hasta 42 años para los responsables, además de perseguir el delito de oficio, sin necesidad de denuncia. Claudia Sheinbaum ha llamado a los Estados a homologar la norma y reforzar su combate coordinado.

Según Forbes, empresas especializadas como Kroll Advisory recomiendan medidas de prevención que también pueden aplicar pequeños comercios: no entrar en pánico, cortar comunicación con extorsionadores, capacitar al personal, investigar antecedentes del personal y fortalecer protocolos de seguridad.