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La historia detrás de los paneles solares que cubren montañas chinas

Se ha vuelto muy común en redes sociales encontrarse con videos acompañados de música épica que muestran colinas y montañas completamente cubiertas de paneles solares. Estas impactantes imágenes suelen ir acompañadas de textos que aseguran que fueron tomadas por un dron sobrevolando algún lugar indeterminado de China.

Verificar cada uno de estos clips sería una tarea titánica. Sin embargo, más allá de su autenticidad, el fenómeno que describen es fruto de un proyecto real. China está instalando paneles solares fotovoltaicos en laderas de montañas y colinas, y también erigiendo turbinas eólicas en sus cimas.

Uno de los riesgos de este enfoque, y de los videos que lo muestran, es que puede alimentar en los espectadores la falsa creencia de un conflicto irreconciliable entre la protección del paisaje y la reducción de emisiones: lo que beneficia al clima podría parecer tener un costo paisajístico demasiado alto, yendo en contra de los propios principios de sostenibilidad que impulsan la transición ecológica. Pero, sin duda, el modelo chino es difícil de replicar en otros lugares.

Paneles solares en las colinas del condado de Laishui, provincia de Hebei.

Fotografía: Costfoto/Future Publishing vía Getty Images

Las contradicciones energéticas de China

Esta forma inusual de desplegar energías renovables puede verse como un símbolo de las múltiples contradicciones energéticas de China. Por un lado, es el país con mayor capacidad renovable instalada del mundo, con 510 gigavatios de proyectos eólicos y solares en desarrollo, casi tres cuartas partes del total mundial, según datos de Global Energy Monitor. Por otro lado, como señala la Agencia Internacional de la Energía (IEA), Pekín quema tanto carbón como el resto del mundo junto, sigue construyendo nuevas centrales eléctricas y es responsable de cerca del 30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Además, las empresas chinas dominan las cadenas de suministro de la transición energética, desde las materias primas hasta los productos finales, pero no siempre priorizan los derechos humanos de los trabajadores: el polisilicio de los módulos fotovoltaicos se obtiene a menudo con trabajo forzado de los uigures de Xinjiang, una minoría étnica reprimida por el gobierno central.


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El megaparque solar de la meseta tibetana

Uno de los casos más extremos de instalación de renovables en zonas montañosas es el parque solar de Talatan, que ocupa 420 kilómetros cuadrados en la meseta del Tíbet, la más alta y extensa del mundo. Además de los paneles solares, se colocaron largas hileras de turbinas eólicas para compensar la falta de generación solar durante la noche. Toda la electricidad producida se transporta luego a los centros de consumo mediante miles de kilómetros de líneas de alta tensión.

Este megapolo de energías renovables, que también incluye centrales hidroeléctricas, se encuentra en el condado de Gonghe, en Qinghai, una provincia poco poblada del oeste de China, que limita con el Tíbet. Aunque otros países han experimentado con instalaciones de energías renovables a gran altitud, el New York Times señala que ninguno lo ha hecho a la escala de China. En comparación, Suiza inauguró una planta fotovoltaica a casi 2,000 metros de altura con una capacidad de apenas 0.5 MW. En Chile, una empresa estatal china construyó un parque solar de 480 MW a 1,200 metros sobre la meseta desértica de Atacama.

El proyecto Talatan, en la meseta tibetana, no solo se encuentra a mayor altitud, alrededor de 3,000 metros, sino que tiene una capacidad mucho mayor (16,930 MW) y continúa ampliándose con nuevos paneles solares.

Ventajas y desventajas

Para el gobierno central chino, construir centrales de energías renovables en colinas y montañas remotas es conveniente porque permite mantener la infraestructura fuera de la vista de los ciudadanos, evitando posibles protestas que podrían ralentizar la instalación de nueva capacidad. Al mismo tiempo, las administraciones locales de zonas poco pobladas buscan atraer este tipo de proyectos como oportunidades de desarrollo: algunas provincias occidentales llegaron a ofrecer terrenos a las empresas; sin embargo, esta práctica fue recientemente prohibida en Pekín, con el objetivo de garantizar un uso más eficiente y ordenado del suelo.

Más allá de los aspectos administrativos, también existen razones técnicas que hacen ventajosa la ubicación de paneles fotovoltaicos a gran altitud: el aire es más fino y la luz solar más intensa que a nivel del mar, y las bajas temperaturas mejoran la eficiencia de los paneles. Sin embargo, el contexto es menos favorable para las turbinas eólicas: aunque el viento suele ser más fuerte en altura, el aire enrarecido no permite que las aspas se muevan con la misma eficacia que en el aire más denso a nivel del mar.

Por otro lado, cubrir vastas zonas montañosas con módulos solares podría afectar negativamente al ecosistema por el sombreado del suelo y limitar actividades tradicionales como el pastoreo.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.

DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/la-historia-detras-de-los-paneles-solares-que-cubren-montanas-chinas

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