Netflix y el thriller de culto ochentero que funcionó como precuela secreta de una de las mejores series de todos los tiempos

Durante la década de los ochenta, los cinéfilos fueron testigos de la llegada de un joven cineasta tan perturbador como prometedor. Con solo tres cintas en su haber hasta ese momento, se consagró entre las grandes figuras del cine independiente por su complejidad narrativa, así como su singular estética visual. Hablamos de David Lynch.
Fue así que para 1986 vio la luz un proyecto que, a través del imaginario surrealista de su director, funcionó como un oscuro viaje al reverso del sueño americano. Ahora, por fin ha llegado a Netflix este thriller erótico de culto que sirvió como precuela secreta de una de las mejores series de todos los tiempos.
Después de visitar a su padre en el hospital, el joven Jeffrey Beaumont encuentra entre unos arbustos una oreja humana. Decide guardarla en una bolsa de papel y la lleva a una estación de policía. En compañía de la hija de un detective a fin de resolver el misterio, Jeffrey se adentrará a un misterioso caso lleno de extraños sucesos en los suburbios de Carolina del Norte. Esto es Terciopelo Azul.
Protagonizada por Kyle MacLachlan, esta cinta de misterio neo-noir con toques de terror psicológico funciona como una obra imprescindible para todos aquellos que busquen adentrarse al cine de Lynch. ¿Suena pretencioso? Tal vez, pero sirve como advertencia para quienes desconozcan al cineasta se preparen para ver algo desorientador y retorcido.

Para empezar, el erotismo y la violencia presentada se contrasta con un estilo visualmente marcado por escenarios opacos, colores tenues y sombríos que acompañan una trama emocionalmente ambigua y casi onírica. A grandes rasgos, sobrepone cómo lo tranquilo y lo monstruoso pueden coexistir en un mismo espacio.
Esto se ejemplifica con el personaje Dorothy Vallens, una cantante atrapada en una espiral de violencia y abuso. Mientras vemos la acogedora atmósfera de los suburbios estadounidenses, la historia de esta mujer nos revela poco a poco capas de perversión, deseo y vulnerabilidad. Son dos horas de brutalidades ocultas a simple vista.
Sin embargo, si solo buscas una cinta con drama, misterio y sensualidad, prepárate porque también te sumergirás en un metraje lleno de simbolismos que por décadas ha funcionado como eje de estudios y análisis. Tal es el caso de un artículo de Slash Film donde buscan desentrañar diversos aspectos de la película que dejan más dudas que respuestas. Desde los colores, la luz hasta una oreja podrida.


Si bien aquí no nos adentraremos en este aspecto, sí podemos mencionar la trascendencia que ha tenido en filme desde su estreno. Tal cual apuntan en Comic Book Resources, Terciopelo Azul fue la antesala de lo que hoy se revela en redes sociales. En nuestros días, la viralidad del internet puede sacar a la luz cómo existe gente peligrosa en cada rincón de Estados Unidos… y el mundo.
Por otro lado, su revalorización ha hecho que muchos la consideren la precursora espiritual de otra de las grandes obras de Lynch: Twin Peaks. Lo anterior dado que en ambos proyectos se presenta esta idea de la apariencia idílica del suburbio americano donde en realidad existen la oscuridad, perversión y secretos. Sus paralelismos se dan a partir de un protagonista que se hunde en un mundo violento al investigar un crimen.


De ahí en adelante, tanto el ritmo, la ambientación, estructura onírica, dualidad moral, sexualidad, locura, violencia y el surrealismo se apoderan de la pantalla. Todo lo anterior marcó un precedente a un fiel estilo que se conocería en años posteriores como «lyncheano«. Y esto tiene una razón de ser, así lo explicó el propio cineasta en una declaración recuperada por PopVerse:
«Mi infancia fue casas elegantes, calles arboladas, el lechero, construir fuertes en los patios, aviones zumbando, cielos azules, cercas de estacas, césped verde, cerezos. La América del Medio Oeste como se supone que debe ser. Pero en el cerezo, hay una brea que rezuma y millones de hormigas rojas arrastrándose por todas partes. Descubrí que si uno mira con más atención este hermoso mundo, siempre hay hormigas rojas debajo«.
Considerada como una de las 100 mejores películas estadounidenses, Terciopelo Azul resonará por muchos años más como una historia bizarra que tiene de extraña lo mismo que fascinante. Es densa, sí, pero sin duda alguna merece verla al menos una vez. Cabe advertir, no es de esas películas que debas poner de fondo en una comida familiar.
Si gustas darle una oportunidad y adentrarte a este onírico submundo de crimen y erotismo, te recordamos que ya puedes encontrar Terciopelo Azul a través de Netflix.
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