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Javier Milei inicia la privatización del agua en Argentina y revive la “relación carnal” con EE UU

El Gobierno de Argentina, encabezado por Javier Milei, anunció la privatización del 90% Aguas y Saneamientos Argentinos S.A (AySA), la empresa estatal encargada de brindar agua potable en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El agua será privatizada “a través de un esquema mixto que combina licitación pública nacional e internacional”, dijo este viernes el vocero presidencial Manuel Adorni.

Esta compañía fue incluida en el listado de empresas ‘sujetas a privatización’ en la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, aprobada por el Congreso en 2024. “El Gobierno tomó la decisión de iniciar el proceso de privatización de AySA. De esta manera, se incorporará capital privado mediante la transferencia del 90% de las acciones en manos del Estado a través de un esquema mixto que combina licitación pública nacional e internacional”, anunció Adorni.

“El 90% del capital de la sociedad pertenece al Estado nacional, mientras que el 10% restante corresponde al personal a través de un Programa de Participación Accionaria”, detalla el informe del Ministerio de Economía sobre la ejecución presupuestaria de las empresas públicas. Adorni anunció que ese porcentaje seguirá en manos de los trabajadores.

Esta decisión no es menor. AySA, nacionalizada en 2006 durante la administración Kirchner, había sido previamente privatizada en los años noventa bajo el gobierno de Carlos Menem, con la concesión a la francesa Aguas Argentinas S.A. Un ciclo completo en la historia del agua argentina.

AySA es la única empresa estatal del listado de privatizables que hoy da superávit, luego de que el precio del servicio se multiplicase casi por cuatro —el doble que la inflación— desde la llegada al poder de la ultraderecha, hace 18 meses.

Con una plantilla que se redujo en un 20% desde noviembre de 2023, pasando de 7,799 a 6,222 empleados en mayo de 2025, la empresa muestra una contracción laboral significativa. Sin embargo, en 2024, AySA sorprendió con un resultado operativo superavitario de $44.421 millones, un giro radical respecto al déficit de $117 mil millones de 2023. Este cambio se explica, en parte, por un aumento tarifario sustancial —casi el cuádruple en 18 meses, duplicando la inflación— y la paralización de obras de infraestructura, según informes oficiales.

A pesar del superávit operativo, la compañía continuó recibiendo aportes significativos del Tesoro Nacional para gastos corrientes y de capital.

La privatización del agua no es un terreno desconocido en la región. Mientras países como Bolivia, Ecuador y Uruguay prohíben la participación privada en sus constituciones, Chile es casi el único en América Latina con servicios de agua y saneamiento mayoritariamente en manos privadas. La experiencia argentina, con su doble ciclo de privatización y renacionalización, ofrece una perspectiva valiosa.

Expertos como Miguel Solanes de la CEPAL han señalado que las privatizaciones de los noventa a menudo carecieron de una regulación adecuada que garantizara la eficiencia y sostenibilidad. Sin embargo, no hay «datos empíricos inequívocos que avalen de antemano la opción de elegir empresas públicas o privadas en el sector del agua». La clave, al parecer, reside en el marco regulatorio y la supervisión efectiva, más que en la titularidad per se. La cuestión, entonces, no es si el agua debe ser pública o privada, sino cómo asegurar que, bajo cualquier modelo, el servicio sea eficiente, accesible y de calidad. El diablo está en los detalles de la implementación, no en el dogma.

Argentina y la reinvención de la «Relación Carnal» con EE UU

Javier Milei busca replicar las «relaciones carnales» que Carlos Menem cultivó con Estados Unidos en los noventa. El presidente de Argentina recibió a Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump, para firmar un acuerdo que inicia el proceso para que los argentinos puedan ingresar a EE UU sin visa.

Este acuerdo, el primer paso para la inclusión de Argentina en el Programa de Exención de Visa (VWP), implica que el país deberá cumplir con altos estándares de seguridad y reciprocidad. “El inicio de este proceso es una clara muestra del excelente vínculo entre Milei y Trump “basado en la confianza que hay entre ambos mandatarios”, celebró en un comunicado el presidente argentino.


Una investigación de WIRED revela que el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU ha desplegado en YouTube al menos 30 anuncios desde el 1 de abril, con un gasto superior a 500,000 dólares, para amenazar a migrantes irregulares con deportación y prohibición de reingreso. En respuesta, Claudia Sheinbaum impulsa una reforma legal para prohibir la propaganda extranjera en medios locales, calificando los spots de «discriminatorios».


Aunque el proceso será riguroso y podría demorar «no menos de un año» según Noem, la señal política es clara: un alineamiento incondicional con Washington. Este acercamiento no solo busca facilitar el turismo y los negocios, sino que también refuerza la cooperación en seguridad exterior y la lucha contra el narcotráfico.

Desde diciembre de 2023, Milei ha adoptado un alineamiento geopolítico estrecho con Estados Unidos e Israel. La secretaria Kristi Noem reconoció este apoyo en una declaración oficial tras el encuentro: «Bajo el liderazgo del presidente Javier Milei, Argentina se está consolidando como un aliado aún más fuerte de Estados Unidos, con un compromiso mayor que nunca con la seguridad fronteriza de ambas naciones».

La privatización de AySA y el acercamiento a EE UU son piezas de un mismo rompecabezas. La administración Milei está redefiniendo el papel de Argentina en el tablero global.

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