11 dragones que debes conocer (y dónde encontrarlos)

Los niños dibujan dragones, los estudian, los clasifican y hasta sueñan con montarlos. A todas las edades. A lo largo de los siglos, los dragones han poblado la imaginación de todas las culturas como monstruos malvados y despiadados, devoradores de personas, o criaturas infernales con las que luchar. Más recientemente, han sido representados como amigos fieles y compañeros inesperados de aventuras. Desde la antigüedad mesopotámica hasta la Grecia clásica, desde las batallas de los santos cristianos hasta las hazañas de los héroes nórdicos, los dragones han sido un punto de referencia en la poesía y el arte épicos.

Podían ser alados, estar cubiertos de escamas, tener rostros de otros animales, escupir fuego, azotar a los enemigos con la cola o tener cabezas que volvían a crecer; en cualquier caso, eran depredadores poderosos y amenazantes, personificaciones del lado oscuro de la naturaleza. Los mitos y las leyendas han permeado la cultura pop actual, desde series de televisión hasta novelas; basta pensar en el regreso de esta figura mitológica en la epopeya de Tolkien (con un personaje como Smaug), en novelas como Los ojos del dragón de Stephen King, o en animes como Dragon Ball, inspirado en los cuentos de la tradición oriental. Pero en su forma contemporánea, los dragones revelan una naturaleza inesperada. Pueden ser “buenos”. Desde Elliott, el dragón invisible de Disney, pasando por el entrañable Falcor, el perro-dragón volador de La historia sin fin, hasta el adorable Chimuelo de Cómo entrenar a tu dragón.

Independientemente del significado positivo o negativo que adopten de vez en cuando, el nombre de estas fantásticas criaturas revela su esencia: el griego “dracon” significa serpiente, pero a su vez probablemente deriva del verbo “derkomai” (mirar a lo lejos), haciendo referencia a las capacidades atribuidas a los ojos de los dragones o, tal vez, a las verdaderas peculiaridades de los reptiles.