Earendel, la estrella más lejana conocida, podría no ser un astro después de todo

Earendel es un marinero que surca el cielo en un poema de J.R.R. Tolkien, autor de El Señor de los Anillos. Desde 2022, también nombra a la estrella más lejana que un telescopio ha detectado. La luz de Earendel (nombre científico: WHL0137-LS) salió cuando el universo tenía apenas el 6.5 % de su edad actual. Aunque el hallazgo es espectacular, su naturaleza sigue envuelta en misterio. Algunos científicos sostienen que ese brillo difuso, localizado casi por azar en una lente gravitacional, no proviene de una sola estrella, sino de varias.
Si se confirma esta hipótesis, los astrónomos podrían tener ante sus ojos una estructura científicamente aún más interesante. Earendel podría revelar la formación de uno de los primeros cúmulos globulares, con origen en la era de la reionización. Hoy, estos grupos de astros orbitan alrededor de algunas galaxias y, según los modelos más aceptados, nacieron del colapso de una única nube de gas molecular durante los primeros miles de millones de años posteriores al Big Bang.
Uno de los trabajos más recientes que exploran la idea de Earendel como cúmulo estelar apareció en la revista The Astrophysical Journal Letters. El equipo dirigido por Massimo Pascale aplicó un nuevo modelo computacional para reinterpretar la información disponible sobre el objeto. Después, comparó los resultados con los datos de un cúmulo globular confirmado (1b) en la galaxia anfitriona
El brillo de Earendel y el de 1b se comportan de forma muy similar en distintas longitudes de onda. Según el informe, los resultados coinciden con la hipótesis de un cúmulo globular de hace al menos 12,900 millones de años, formado por varias estrellas concentradas en una región.
El reto de comprender a Earendel
La luz de Earendel en realidad está distorsionada por la lente gravitacional que permite visualizarla. Lo único que se sabe de ella con certeza es su distancia cosmológica. Es como si, en la escena de un crimen, una huella dactilar quedara marcada en una hoja arrugada: el perito conoce su posición, pero debe escanearla y recomponerla digitalmente para identificar al dueño. La precisión dependerá del software que use para unir la información.
Los investigadores que han estudiado en detalle a la presunta estrella más lejana señalan que, a esa distancia y con los instrumentos actuales, el brillo de una estrella y el de un cúmulo globular son prácticamente idénticos. Por eso, advierten que el brillo no sirve para confirmar su naturaleza. En su lugar, proponen analizar las distorsiones de luz que la rodean. Si se trata de una estrella, la luz no se desviará; si es un cúmulo con mucha más masa, el cambio resultará más evidente.
De momento, la información que los científicos tienen sobre ese objeto es limitada. Es necesario que lleguen nuevos telescopios superiores a las capacidades del James Webb y el Hubble. Mientras tanto, deben recurrir a métodos indirectos para acercarse con más precisión a la naturaleza de Earendel, y este estudio es uno de esos intentos. Aun así, la comunidad científica mantiene sus reservas.
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