Polonia derriba drones rusos en su espacio aéreo y activa el Artículo 4 de la OTAN

En la madrugada del martes 9 al miércoles 10 de septiembre, Polonia derribó drones rusos que habían violado su espacio aéreo durante un ataque masivo contra el oeste de Ucrania. La operación militar, confirmada por el primer ministro Donald Tusk a través de un mensaje en redes sociales a primera hora de la mañana, marca un punto de inflexión en la implicación de Varsovia en el conflicto que afecta a la región desde hace más de dos años y medio. La defensa polaca informó sobre la presencia de más de diez objetos procedentes del espacio aéreo ucraniano y calificó la violación como un auténtico «acto de agresión».
El Artículo 4 de la OTAN
En respuesta a la incursión, Polonia activó el artículo 4 de la OTAN, el Tratado del Atlántico Norte, solicitando consultas urgentes con los aliados. Tusk convocó urgentemente una reunión del Consejo de Ministros, manteniendo contacto permanente con el Secretario General de la Alianza, Mark Rutte, para coordinar la respuesta política y diplomática. El Artículo 4 permite a un miembro de la OTAN solicitar consultas inmediatas siempre que considere amenazada su seguridad, integridad territorial o independencia política. A diferencia del Artículo 5, que prevé la intervención militar colectiva en caso de ataque armado, el Artículo 4 no obliga a una acción militar inmediata, pero su activación representa una escalada política significativa, ya que subraya la unidad de la Alianza a la hora de reaccionar ante las amenazas percibidas contra sus miembros.
Polonia ya había estado en alerta máxima ante posibles incursiones de la aviación: En 2022, cuando un misil ucraniano perdido alcanzó por accidente un pueblo del sur del país polaco, matando a dos personas. Sin embargo, hasta ahora nunca se había dado el caso de que los sistemas de defensa polacos o aliados derribaran drones en territorio nacional. Según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, esta vez el ataque ruso fue deliberado: al menos ocho drones Shahed de fabricación iraní fueron presuntamente dirigidos hacia Polonia durante la incursión nocturna.
La respuesta conjunta de Polonia y la OTAN
Los residentes de las zonas polacas afectadas declararon haber oído explosiones en el cielo durante la noche, seguidas de la activación de sirenas de alarma. La alerta fue provocada por un ataque ruso a gran escala contra las regiones occidentales de Ucrania, en particular Volyn y Lviv, directamente fronterizas con Polonia. Según la información difundida por el mando militar polaco, los sistemas de defensa aérea nacionales y de la OTAN se activaron inmediatamente después de que los radares detectaran la entrada de aviones no tripulados en el espacio aéreo nacional. La operación de interceptación se prolongó durante varias horas y las fuerzas armadas neutralizaron los objetos considerados peligrosos utilizando sistemas de defensa antiaérea. La búsqueda de los restos de los drones derribados sigue en curso en las zonas orientales del país.
La intervención provocó el cierre temporal de cuatro aeropuertos, entre ellos los de Varsovia-Chopin y Lublin, así como el de Rzeszów, que se ha convertido en los dos últimos años en un centro crucial para el envío de ayuda militar occidental a Ucrania. La Agencia Federal de Aviación estadounidense (FAA), confirmó el cierre temporal de los aeropuertos polacos por «actividad militar no planificada relacionada con la seguridad nacional».
El ataque ruso con drones, 415 en total y más de 40 misiles, también golpeó duramente al este de Ucrania. Según informa BBC, 24 personas murieron y 19 resultaron heridas en un ataque aéreo contra un pueblo de la región de Donetsk, donde las víctimas hacían cola para cobrar sus pensiones. El incidente se produce en medio de una fase especialmente intensa del conflicto, en la que las tropas de Moscú están llevando a cabo una ofensiva lenta pero constante en amplias zonas de Donetsk. De hecho, los intentos diplomáticos de alcanzar un acuerdo de paz están prácticamente estancados, a pesar de que las repetidas conversaciones entre Washington y Moscú.
El contexto geopolítico y el aumento de las tensiones
El incidente se produce en un momento de especial tensión en la región. Solo 24 horas antes del derribo de los drones, el presidente polaco había lanzado una advertencia durante una rueda de prensa en Helsinki, afirmando que Putin estaría dispuesto a invadir otros países tras la agresión a Ucrania. El momento de la incursión adquiere aún mayor importancia si se tiene en cuenta que el viernes 13 de septiembre Rusia y Bielorrusia iniciarán unas maniobras militares conjuntas denominadas «Zapad», que ya han suscitado inquietud en materia de seguridad regional.
Polonia había anunciado el martes el cierre de su frontera con Bielorrusia precisamente en respuesta a lo que Varsovia califica de maniobras «muy agresivas», así como al creciente número de provocaciones de Moscú y Minsk. La vecina Lituania también ha decidido reforzar los controles fronterizos, una señal de alerta generalizada entre los Estados miembros de la OTAN limítrofes con Rusia y Bielorrusia.
Además, el incidente se produce en un momento delicado para la diplomacia internacional, en el que el presidente Donald Trump había declarado estar dispuesto a pasar a una segunda fase de sanciones contra Rusia, tras meses de infructuosas negociaciones para alcanzar un acuerdo de paz. El derribo de drones en territorio polaco corre ahora el riesgo de complicar aún más cualquier intento de mediación.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
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