Los menores de 13 años no deberían usar smartphone porque afecta su salud, dice un nuevo estudio

En los últimos años, los smartphones y las redes sociales se han arraigado profundamente en la vida de niños y jóvenes. Si bien el acceso a la información se ha simplificado, los avances en algoritmos de inteligencia artificial (IA) diseñados para atraer la atención de las personas también han facilitado el acceso a contenido inapropiado. Existe una creciente preocupación de que este entorno vital para los jóvenes pueda tener un impacto negativo en su desarrollo psicológico.
Un equipo internacional de investigación de India y Estados Unidos examinó el impacto de los teléfonos inteligentes en el desarrollo mental de los jóvenes basándose en datos del Global Mind Project, una encuesta a gran escala que monitoreó la salud mental de aproximadamente 2 millones de personas en 163 países de todo el mundo. Los resultados revelaron que si los niños menores de 13 años poseen un smartphone, corren el riesgo de sufrir daños significativos en su salud mental en el futuro.
«Los datos muestran que tener un smartphone y un uso excesivo de las redes sociales desde una edad temprana tiene graves implicaciones para la salud mental y el bienestar en la edad adulta joven», explica Tara Thiagarajan, neurocientífica y fundadora de Sapien Labs, la empresa detrás del Global Mind Project.
Un factor importante es el uso prematuro de las redes sociales
Un equipo de investigación dirigido por Thiagarajan analizó datos de más de 100,000 jóvenes de entre 18 y 24 años para examinar la relación entre la edad a la que adquirieron su primer smartphone y su salud mental actual. La salud mental se evaluó mediante el Cociente de Salud Mental (MHQ), un índice que calcula una puntuación a partir de 47 elementos, incluyendo el estado de ánimo, las relaciones interpersonales y la estabilidad emocional.
Los resultados fueron impactantes. Quienes obtuvieron su primer teléfono inteligente a los 13 años obtuvieron una puntuación promedio de salud mental de 30 puntos, mientras que quienes comenzaron a usarlos a los 5 años obtuvieron una puntuación de casi 0 puntos. Además, el 48% de las mujeres respondió haber pensado en el suicidio, y el 30% de los hombres mostró el mismo resultado.
El estudio reveló que la posesión temprana de un teléfono inteligente se asociaba fuertemente con un aumento de pensamientos suicidas, agresividad, desrealización y alucinaciones. Las mujeres eran particularmente propensas a una menor autoestima, confianza y resiliencia emocional, mientras que los hombres eran más propensos a experimentar menor estabilidad emocional y empatía.
Los investigadores descubrieron que el uso temprano de las redes sociales representó alrededor del 40% de esta asociación, seguido por las malas relaciones familiares con un 13%, los trastornos del sueño con un 12% y el acoso cibernético con un 10%, lo que revela que múltiples factores interactúan para socavar la salud mental.
El impacto fue particularmente grave en los países angloparlantes. Esto se debe no solo a que los niños comienzan a usar smartphones y redes sociales a una edad temprana, sino también a que la cantidad de contenido dañino que circula en inglés es abrumadoramente mayor que en otros idiomas, lo que aumenta la probabilidad de que sea difundido por algoritmos. Los investigadores señalan que la exposición a este tipo de entorno hace a los niños más susceptibles a la explotación sexual y al contenido relacionado con la violencia.
Los padres por sí solos no pueden evitarlo
En muchas familias, los padres dan smartphones a todos sus hijos para no excluir a ninguno. Ante tal presión social, puede ser difícil para los padres intervenir en el uso por sí solos. Por lo tanto, el equipo de investigación recomienda una regulación a nivel de toda la sociedad: así como existen restricciones de edad para la venta de alcohol y tabaco, debería haber restricciones al uso de smartphones y redes sociales por parte de personas menores de 13 años, y se debería establecer un sistema para responsabilizar a las empresas por las violaciones.
El informe también insta a la educación obligatoria en alfabetización digital y salud mental, así como al uso generalizado de teléfonos con funciones limitadas para los niños. Si bien muchas plataformas de redes sociales ya establecen un límite de edad mínimo de 13 años, esto no es muy efectivo.
Implementar estas medidas requiere una fuerte voluntad política y consenso social. En los últimos años, Francia, Países Bajos, Italia y Nueva Zelanda han prohibido o restringido el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas, y un estudio del gobierno neerlandés concluyó que esto mejoraba la concentración de los estudiantes.
El estado de Nueva York ha anunciado la mayor prohibición de smartphones en las escuelas de Estados Unidos, uniéndose a Alabama, Arkansas, Nebraska, Dakota del Norte, Oklahoma y Virginia Occidental en promulgar leyes similares.
Los investigadores reconocen que los teléfonos y las redes sociales no son los únicos factores que amenazan la salud mental de los jóvenes. Sin embargo, la magnitud del daño que muestran los datos es demasiado grande como para ignorarla, y afirman que no pueden permitirse esperar hasta que se pueda demostrar una relación causal definitiva. «Si no actuamos ahora, podríamos perder la oportunidad de proteger la salud mental de la próxima generación», advierte Thiagarajan.
Artículo publicado originalmente en WIRED Japón. Adaptado por Alondra Flores.
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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/los-menores-de-13-anos-no-deberian-usar-smartphone-porque-afecta-su-salud-dice-un-nuevo-estudio