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Lo que hallaron en esta enana marrón trae malas noticias para la búsqueda de vida extraterrestre

Astrónomos identificaron fosfina en la atmósfera de una enana marrón de baja temperatura. En la Tierra, microbios que no usan oxígeno para respirar producen esta molécula. Durante años, los entusiastas de la vida extraterrestre consideraron que la presencia de fosfina en otros planetas indica posible actividad de microorganismos. Sin embargo, la reciente detección de fosfina en una “estrella fallida” revela una amarga verdad: la molécula está lejos de ser un biomarcador confiable.

Las enanas marrones ocupan un lugar intermedio entre planetas y estrellas. Estos gigantes se formaron a partir del colapso de una nube de gas y, aunque la mayoría tienen decenas de veces la masa de Júpiter, no generan suficiente calor para desencadenar la fusión nuclear de hidrógeno necesaria para brillar.


Las enanas marrones son más grandes que un gigante gaseoso, pero más chicas que una estrella convencional.


Los científicos las apodan “estrellas fallidas”. Tal y como pasa con planetas como Júpiter o Saturno, la comunidad científica coincide en que la vida no puede surgir en ellas, ni siquiera en sus nubes, debido a sus condiciones extremas.

Con la ayuda del Telescopio Espacial James Webb, un equipo de científicos detectó rastros de fosfina en la atmósfera de la enana marrón Wolf 1130C, ubicada a 54 años luz de la Tierra, en dirección a la constelación del Cisne. Wolf 1130C tiene un diámetro casi igual al de Júpiter, pero presenta una densidad entre 30 y 70 veces mayor. La investigación se publicó en Science.

Los investigadores admiten que aún no comprenden el proceso físico que genera fosfina en estos gigantes gaseosos. Los modelos actuales no predicen su presencia. Por otro lado, la existencia de fosfina en planetas rocosos parecidos a la Tierra podría explicarse por múltiples razones aún desconocidas. A falta de pruebas contundentes, el escenario de vida extraterrestre se sitúa al final de la lista, con una probabilidad remota.

En el caso particular de Wolf 1130C, el equipo sugiere que la presencia de fosfina podría estar relacionada con que esta enana marrón tiene al menos 10 mil millones de años. Es un auténtico fósil cósmico, pertenece a las primeras estructuras formadas en la Vía Láctea y se caracteriza por una baja concentración de metales.

La controversia sobre la presencia de fosfina en planetas gaseosos incide de forma directa en la hipótesis que plantea que las nubes ácidas de Venus podrían albergar formas de vida inusuales. Esta conjetura se apoya en la premisa de que dicha molécula está presente en la atmósfera venusina. El hallazgo de fosfina en una enana marrón sugiere que, aún si hubiera fosfina en Venus, podría deberse a otra causa de origen químico o físico distinta.

Esta contradicción sobre la fosfina en planetas gaseosos impacta directamente la hipótesis que sugiere que las nubes ácidas de Venus podrían albergar algún tipo de vida excéntrica. Esta idea parte del supuesto de que la fosfina existe en la atmósfera venusina. Dado que detectaron la molécula en una estrella fallida, también podría encontrarse en Venus, aunque con una explicación química o física.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/fosfina-en-enana-marron-trae-malas-noticias-para-la-busqueda-de-vida-extraterrestre

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