La cultura fitness se volvió un campo de guerra política en EE UU

A medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato de 2026, los políticos demócratas siguen el ejemplo de sus homólogos republicanos e incorporan el fitness a su presencia en internet. El representante de Colorado, Jason Crow, publicó un video burlándose de la forma de hacer dominadas de Hegseth en X, mientras que el candidato a senador por Texas (y ex linebacker de la NFL) Colin Allred publicó un video desde dentro de una sala de pesas exigiendo que la administración Trump haga públicos los Archivos Epstein. En Michigan, el candidato a senador Abdul El-Sayed publicó un clip de sí mismo haciendo ejercicio con el destacado influencer de fitness Mike Israetel. «Los hombres jóvenes se enfrentan a una crisis de propósito», menciona El-Sayed.

Es precisamente esta crisis la que ha hecho que la manósfera tenga tanto eco entre muchos jóvenes. Ya sea sobre fitness, finanzas o relaciones, gran parte de este estilo de contenido se centra en temas de superación personal, con muchos influencers prometiendo comunidad a través del ejercicio físico. Otros venden cursos en línea que prometen la libertad financiera necesaria para una vida mejor: una oportunidad para «escapar de la matriz», como la describe a menudo Tate.

«La manósfera es algo hermoso. Son hombres enseñando a otros a ser mejores, pero también puede ser una de las peores cosas cuando se convierte en una plataforma basada en el miedo, un refugio donde los hombres se atrincheran», dice Zack Telander, un influencer del fitness con más de 200,000 seguidores en Instagram. Telander lleva años publicando contenidos, pero empezó a crear videos este año para contrarrestar las alas extremas del espacio de fitness en línea.

Todos los expertos y influencers que hablaron con WIRED coinciden en que el ala derecha y los contenidos de fitness que la rodean están explotando preocupaciones legítimas que los hombres experimentan sobre su papel en la sociedad. Los hombres jóvenes tienen ahora muchas menos probabilidades de ir a la universidad que las mujeres; su salario medio ha bajado, mientras que el de ellas ha crecido, aunque la brecha salarial sigue favoreciendo a los hombres. Ellos tienen tres veces más probabilidades de morir por desesperación; en 2023, la tasa de suicidios entre hombres era casi cuatro veces superior a la de las mujeres.

Los demócratas sufren una crisis de votantes masculinos

Mientras que este tipo de contenido ha convertido en un arma la crisis del mundo real a la que se enfrentan muchos hombres jóvenes, el Partido Demócrata ha fracasado en gran medida a la hora de ofrecer una solución alternativa en los últimos años. A medida que la base demócrata se ha ido alejando de los sindicatos y de la clase trabajadora, muchos hombres han declarado sentirse «marginados por las narrativas progresistas que no reconocen plenamente sus luchas o aspiraciones», según el Proyecto SAM, siglas de «Speaking with American Men», una iniciativa demócrata de 20 millones de dólares que investiga por qué el partido ha sufrido una hemorragia de votantes masculinos jóvenes en los últimos años.

Según el estudio inicial del Proyecto SAM, los hombres ven al Partido Demócrata como “guionizado, cauteloso e inseguro de sí mismo”, mientras que sus homólogos republicanos son percibidos como seguros de sí mismos y sin miedo a ofender. Solo el 27 % de los hombres afirma tener una opinión positiva de los demócratas.

Pero no está claro si el simple reconocimiento de estas fracturas, o la creación de más videos de halterofilia, incluso con inclinación izquierdista, bastará para hacer frente a la bien engrasada máquina de fitness de la derecha en internet.

Con la violencia política a la cabeza de los debates sobre la guerra cultural, lo que está en juego es mucho más que ganar votos. En los días posteriores a la muerte del activista de derecha Charlie Kirk, Davis publicó un reel en Instagram dirigido a los seguidores de Kirk: «Esta guerra hacia la que vamos a toda velocidad es la guerra de la generación de nuestro abuelo. Están planeando que nos volvamos unos contra otros y que convirtamos esta guerra cultural en una guerra civil. Les ruego, por favor, por el amor de Dios, por el amor de nuestro prójimo… no muerdan el anzuelo».

Artículo publicado originalmente en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.