Descubren en Teotihuacán una antigua lengua perdida

La antigua lengua hablada en la ciudad mexicana de Teotihuacán, cerca de la actual Ciudad de México, sigue siendo uno de los mayores enigmas arqueológicos sin resolver. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Copenhague han dado los primeros pasos para resolver este misterio. Creen que los habitantes de esta próspera y antigua megalópolis hablaban una forma primitiva de la familia lingüística utoazteca, de la cual se derivaron las lenguas cora, huichol y el náhuatl de los aztecas.
Los detalles de su nuevo análisis se han publicado en la revista Current Anthropology.
La floreciente ciudad mesoamericana
Hace más de dos milenios, Teotihuacán era una próspera metrópoli del centro de México, con una población de hasta 125,000 habitantes. El primer asentamiento de la ciudad comenzó a unos 40 kilómetros al noreste de Ciudad de México hacia el año 100 a. C. y, solo 350 años después, Teotihuacán se convirtió en un importante centro cultural del altiplano central, con impresionantes pirámides y templos religiosos. Sin embargo, a pesar de todos los hallazgos y restos arquitectónicos, la comunidad científica aún no ha podido averiguar qué lengua antigua hablaban los habitantes de Teotihuacán.
«Hay muchas culturas diferentes en México. Algunas pueden vincularse a culturas arqueológicas concretas, pero otras son más inciertas. Teotihuacán es uno de esos lugares. No sabemos qué lengua hablaban ni con qué culturas posteriores estaba conectada», comentó Magnus Pharao Hansen, uno de los autores del estudio.
Aunque el tiempo ha arruinado gran parte de la ciudad, los antiguos teotihuacanos dejaron tras de sí una serie de signos, principalmente en forma de murales y cerámica decorada, que durante décadas no hemos podido interpretar ni comprender si se trataba de simples motivos ornamentales, símbolos o, en cambio, representaciones lingüísticas. Y esto es precisamente lo que han intentado hacer los investigadores del nuevo estudio, quienes han llegado a la conclusión de que esos signos en los muros de Teotihuacán son elementos de un sistema de escritura: testimonio de una lengua antigua, o más bien, de un antepasado lingüístico de las lenguas cora, huichol y náhuatl.
Para identificar las similitudes lingüísticas entre la lengua de Teotihuacán y otras lenguas mesoamericanas, los investigadores tuvieron que reconstruir una versión mucho más antigua del náhuatl, consiguiendo así descifrar correctamente la lengua original. Una tarea muy compleja por varias razones.
Una de ellas es que los logogramas que componen la escritura a veces tienen un significado directo, de modo que la imagen de un coyote, por ejemplo, debe interpretarse simplemente como «coyote». Pero, en otras ocasiones, ese mismo signo podría leerse como una especie de rebus, en el que los sonidos de los objetos representados deben unirse para formar una palabra. «Tenemos que intentar leer el texto utilizando un lenguaje más cercano en el tiempo y contemporáneo», señaló Christophe Helmke, coautor del estudio.
Aunque aún estamos en una fase temprana y la disponibilidad de textos es relativamente limitada, la comprensión de esta antigua lengua podría reescribir gran parte de la historia mesoamericana y confirmar, o no, la hipótesis de que los pueblos de habla náhuatl llegaron al centro de México mucho antes de lo que se pensaba, convirtiéndose en los descendientes directos de Teotihuacán.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/descubren-en-teotihuacan-una-antigua-lengua-perdida