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«Que no haya pánico ni exterminio»: Qué pasa realmente con la oruga peluche en México

Durante la última semana, el Centro Universitario de la Costa del Sur, en el estado mexicano de Jalisco, emitió un comunicado para reportar avistamientos de la larva de la polilla Megalopyge opercularis en Tlajomulco de Zúñiga. Esta larva es conocida como “oruga de peluche” por su apariencia suave. Se trata de una oruga que se cuenta entre las más tóxicas de Norteamérica. Pronto, internet se llenó de artículos y videos, a veces informativos, otras escandalosos, que advierten del daño potencial del gusano y lo exponen como un ente peligroso.

Sin embargo, Luis Eugenio Rivera Cervantes, el científico mexicano que confirmó los avistamientos en Jalisco, aclara que el alertamiento nunca tuvo como propósito despertar la histeria colectiva. El gusano no mata, ni invade casas. Tampoco es necesario emprender una cacería contra él. Se trata, más bien, de tomar precauciones y respetar su ciclo de vida, señala.

La oruga peluche aparece por temporadas. Aunque los expertos aún no conocen con claridad su ciclo, saben que los avistamientos aumentan después de la temporada de lluvias. Se alimenta, como cualquier oruga, en árboles de hojas amplias para aumentar de tamaño. Si se le puede acusar de algo, es de tener mecanismos de defensa bastante efectivos contra depredadores. De vez en cuando, una persona se siente tentada a tocarlo por su aparente pelaje y a cambio recibe una experiencia desagradable para la que no hay antídoto.

Así luce una oruga peluche

Brett_Hondow/GETTY IMAGES

“Nuestro objetivo fue dar a conocer el riesgo. Los niños son los más afectados porque son los más curiosos. Allí andan indagando, buscando y de pronto ven a ese animalito, que es bonito, es raro y tienden a tocarlo. También lo advertimos porque hay un reporte de una persona de la tercera edad que se puso muy mal. Pero fue porque padecía además de diabetes. Si las personas tienen una enfermedad crónica, se puede complicar la picadura”, cuenta Rivera Cervantes en etrevista para WIRED en Español.

«Es importante resaltar que hasta el día de hoy no existe registro algunos de una persona muerta por contacto con la oruga. Tampoco queremos acabar con ellas. Es como si dijéramos que vamos a eliminar a las avispas. Es imposible. Vamos a conocer el fenómeno, identificamos la situación y tomaremos las precauciones pertinentes. Si, por ejemplo, ubicas un árbol que está cerca de un kínder o de una escuela con un gusano, pues hay que aislarlo para que no se acerquen y esperar.

Comprendiendo a la oruga peluche

La oruga peluche es la etapa larvaria (una oruga) de una polilla nocturna nativa de Norteamérica. Para el biólogo, esta distinción es clave dado que actualmente hay creadores de contenido que utilizan palabras como “invasor” para desinformar sobre su comportamiento.

Su nombre proviene de las raíces griegas megalo (grande) y pygidum (extremo posterior de un insecto), en alusión a la forma abultada que presenta en sus primeras fases de vida. Los registros científicos más tempranos del gusano datan de 1797, según el Departamento de Entomología y Nematología de la Universidad de Florida.

La polilla adulta resulta inofensiva, pero su larva no. La oruga posee espinas alargadas y huecas conectadas a glándulas ocultas bajo la característica capa de “pelo”. Mientras las cerdas suaves la camuflan hasta alcanzar la adultez y le sirven como soporte para su capullo futuro, las espinas urticantes la defienden de aves y parásitos.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/que-pasa-realmente-con-el-gusano-peluche-en-mexico

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