Pese a la tregua, continúan los ataques israelíes en Gaza

El 29 de octubre, el ejército israelí mató a 104 palestinos, entre ellos 46 niños, después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenara incursiones inmediatas. El pretexto del ataque, que se cobró más víctimas desde el inicio del supuesto alto al fuego, fue la devolución, por parte de Hamás, de restos humanos pertenecientes a un rehén recuperado anteriormente, episodio que Israel calificó de atentado escenificado.
Los ataques alcanzaron decenas de objetivos en toda la Franja de Gaza, incluidas tiendas de campaña de familias desplazadas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon a mediados de la semana que habían reanudado la tregua, pero que estaban preparadas para responder a cualquier nueva provocación. Desde el 10 de octubre, día en que entró en vigor el acuerdo mediado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el ejército israelí ha violado la tregua unas 125 veces, causando 200 muertos palestinos en 20 días.
Ataques diarios tras palabras vacías
Gennaro Giudetti, cooperante de la ONU que lleva mucho tiempo trabajando en Gaza, describió a WIRED una realidad muy distinta a la de una tregua: «Israel sigue controlando el 55% de la Franja, siguen estando físicamente dentro de Gaza. Si no bombardean con aviones de vez en cuando, no significa que no maten. Matan con francotiradores, con tanques y con drones«, explica Giudetti.
Según Giudetti, el propio término «tregua» parece inadecuado: «Antes lo llamaban ‘alto al fuego’; ahora lo llaman tregua. Significa que ya tenemos que hacernos a la idea de que es solo una pausa y que luego volverán». El cooperante añade: «Han estado matando gente todos los días. Hay días en los que han muerto dos, tres, cuatro, diez personas, y ya no hablan de ello. Los aviones no tripulados siguen sobrevolando Gaza».
De hecho, el 14 de octubre, pocas horas después de la entrada en vigor del alto al fuego, el ejército israelí mató al menos a seis palestinos que se acercaban a la línea amarilla, la frontera más allá de la cual las tropas debían retirarse según los términos del acuerdo. Al día siguiente, los ataques de drones israelíes mataron al menos a siete palestinos, muchos de los cuales regresaban a sus hogares tras meses de desplazamiento.
La primera escalada seria se produjo el 19 de octubre, después de que dos soldados israelíes, el mayor Yaniv Kula, de 26 años, y el sargento Itay Ya’avetz, de 21, murieran en enfrentamientos en la zona de Rafah. Netanyahu ordenó al menos veinte ataques aéreos y la suspensión inmediata de la ayuda humanitaria. Las incursiones causaron la muerte de al menos 42 palestinos.
Hamás rechazó las acusaciones sobre los enfrentamientos del 19 de octubre, afirmando que no tenía conocimiento de ningún incidente en la zona de Rafah. Varios medios de comunicación informaron que los enfrentamientos estaban relacionados con operaciones contra milicias locales armadas y financiadas por Israel. Giudetti también lo confirmó: «En Gaza hay muchas milicias y grupos armados. Cada barrio, cada zona tiene su propia milicia. Todos estos grupos tienen sus propios intereses; algunos incluso están financiados por Israel. Para ir contra Hamás, Israel ha financiado a otras milicias».
La segunda y más grave escalada tuvo lugar el miércoles 29 de octubre. Netanyahu volvió a ordenar redadas masivas después de que la oficina del primer ministro emitiera un comunicado en el que afirmaba que Hamás había devuelto restos humanos recuperados anteriormente. Un funcionario israelí declaró a la cadena de televisión CNN que entre las opciones consideradas por el gobierno estaba la ampliación de la línea amarilla o la reocupación del corredor de Netzarim, que corta Gaza de este a oeste.
El bloqueo humanitario y la población atrapada
El hecho de que la crisis humanitaria en Gaza siga agravándose revela cómo la paz realmente no existe. El acuerdo firmado en Sharm el-Sheikh preveía la entrada de al menos 600 camiones de ayuda al día, la cantidad mínima necesaria para evitar que la hambruna se extendiera, según la ONU. Pero para el 14 de octubre, solo cuatro días después de la firma, Israel anunció la reducción a 300 camiones diarios. El paso de Rafah, en la frontera con Egipto, crucial para la distribución de la ayuda, permanece cerrado indefinidamente.
Giudetti afirma: «Siguen sin dejar entrar toda la ayuda humanitaria: solo entran artículos concretos, no todos, ni en las cantidades esperadas. No dejan entrar prótesis para niños, con la justificación del doble uso, civil y militar. Tampoco leche en polvo, respiradores pulmonares. Es una locura, las justificaciones que utilizan para bloquearlo todo». El cooperante señaló incluso que no dejan entrar medicamentos para la anestesia o antibióticos, alegando que «incluso estos serían productos de doble uso. La gente también muere de dolor».
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