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El delicado plan por salvar al cóndor andino con tecnología, títeres y mucha paciencia

Aún cuando no son casos masivos, cuando hay sospecha de muertes por cebo tóxico, analizan muestras para documentar y denunciar. De forma reciente, cerca de la localidad de El Caín, en Río Negro, identificaron que Huasi, que había sido liberado en 2022, murió al ingerir Carbofuran, un peligroso agrotóxico prohibido en Argentina.

Hay personas que disparan directo a los buitres, pero en mayor medida, cuando se trata de balas, lo usual es que el animal consuma fragmentos de plomo al comer animales víctimas de caza. La intoxicación les causa diarrea y ataxia, un decaimiento del cuerpo generalizado, alas y cuello caídos. «Es un tratamiento arduo, lleva mucho tiempo, pueden ser meses, incluso más de un año”. Sin asistencia humana, los animales suelen morir.

Otros riesgos son los tendidos eléctricos, de telefonía o pararrayos, así como la deforestación y la minería, que han reducido el acceso del cóndor a sitios de anidación y a carroña silvestre. Como consecuencia, los buitres llegan a fuentes de alimentos como restos de ganado doméstico o basureros, lo que incrementa su vulnerabilidad. “Hay vidrio, metal y plástico. Hemos encontrado cóndores con bolsas en el estómago. Muertos”, dice Rodríguez.

Plan de vuelo para Samay

La habitación donde Samay pasa sus primeros días de vida es más pequeño que la distancia entre las puntas de las alas extendidas de un cóndor adulto, que puede llegar a ser de tres metros.

En pocos días, la polluela, cuyo nombre en quechua significa “aliento de vida”, pasará a una caja de cría más grande y después a los recintos con su bandada: otros tres cóndores que estarán completando su plumaje juvenil. Si todo va bien, los van a liberar juntos el año que viene.

Las maniobras de limpiar el nido de la pichona y alimentarla ocurren en silencio total.

Geraldine Castro

Los cóndores sin experiencia de vuelo son liberados en Sierra Pailemán. Antes de soltarlos, les colocan bandas alares con un número para facilitar el seguimiento con binoculares y un transmisor de radio para ubicarles en el campo usando una antena que detecta frecuencias de radio específicas por cada cóndor, así saben la ubicación de cada uno sin tener contacto visual; además les colocan un transmisor satelital para seguir sus vuelos desde computadoras. El grupo del PCCA, liderado por Luis Jácome, fue pionero en el uso de esta tecnología.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/con-tecnologia-titeres-y-mucha-paciencia-el-delicado-plan-por-salvar-al-condor-andino

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