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Una nueva forma de administrar insulina por la piel podría transformar la vida de las personas con diabetes

Las terapias con insulina sin piquetes podrían estar cada vez más cerca de convertirse en una realidad. Un equipo de especialistas de diversas universidades y centros de investigación en China desarrolló un polímero capaz de transportar al torrente sanguíneo fármacos y sustancias de gran tamaño sin necesidad de atravesar la piel. Aunque el avance se ha probado únicamente en animales de laboratorio, representa un primer paso para resolver un problema que la ciencia no ha logrado superar en más de cuatro décadas.

La piel actúa como un mecanismo de defensa altamente eficaz. Sus múltiples capas impiden que partículas mayores a 500 daltons —la unidad que mide el tamaño molecular— ingresen al organismo. En medicina, esta característica representa un desafío significativo: los fármacos cuyas composiciones superan ese umbral, como proteínas, péptidos u hormonas del tipo de la insulina, solo pueden suministrarse mediante métodos que requieren atravesar la piel, como parches, microneedles, electroporación, ultrasonido o inyección por chorro.


Un prometedor ensayo logró que una paciente de 25 años con diabetes tipo 1 recuperara la capacidad de producir insulina.


Si bien estos procedimientos resultan más cómodos para los pacientes que las inyecciones tradicionales, continúan siendo invasivos porque implican perforar la piel -en diferentes grados- mediante agujas, cánulas o bombas subcutáneas para administrar el medicamento.

El estudio, publicado en la revista Nature, describe las propiedades de un polímero denominado OP, capaz de ajustar su comportamiento según las condiciones naturales de cada capa cutánea, lo que posibilita el transporte de sustancias que superan los 500 daltons. Su capacidad de adaptabilidad está relacionada con cómo reacciona ante los niveles de pH presentes en la piel. En la superficie, conocida como estrato córneo, el pH es más ácido debido a que las moléculas se protonan, lo que fortalece su capacidad para rechazar compuestos moleculares grandes, como el agua o ciertos patógenos. En contraste, en las capas internas —epidermis y dermis— el pH es neutro, lo que facilita el paso de sustancias más complejas.

De acuerdo con los autores del estudio, el OP es capaz de ajustarse a ambas condiciones: en el estrato córneo mantiene la fuerza necesaria para resistir la acidez, mientras que en la epidermis y dermis “muta” hacia un estado neutro, lo que evita que se adhiera a las células y le permite desplazarse con libertad hasta alcanzar el torrente sanguíneo.

Insulina sin inyecciones a prueba

La eficacia del polímero se probó utilizando moléculas de insulina aplicadas directamente sobre la piel de animales diabéticos, como si se tratara de untar una crema o un bloqueador solar. En un primer experimento, los investigadores evaluaron el sistema en ratones con diabetes tipo 1. Tras administrar una dosis transdérmica de 116 unidades por kilogramo, observaron una disminución notable en los niveles de glucosa, que en la mayoría de los casos regresaron a rangos considerados normales. Posteriormente, replicaron la prueba en minicerdos utilizando una dosis menor, de 29 unidades por kilogramo, con resultados igualmente positivos: los niveles de azúcar también se normalizaron.

En ambas especies, los hallazgos indican que la insulina alcanzó el torrente sanguíneo sin necesidad de perforar la piel. Los investigadores concluyen que “este polímero permeable podría permitir la administración transdérmica no invasiva de insulina, evitando a los pacientes con diabetes la necesidad de inyecciones subcutáneas y abriendo la posibilidad de utilizar el mismo mecanismo para otros fármacos basados en proteínas y péptidos”.

A pesar de la importancia del avance, los responsables del estudio reconocen que aún se requiere un largo proceso para evaluar la seguridad y eficacia del OP en humanos. No obstante, consideran que este polímero podría convertir en realidad un método no invasivo para administrar medicamentos complejos, algo que hasta hace poco parecía inalcanzable.

En distintos países, científicos buscan alternativas para suministrar insulina sin recurrir a inyecciones. Recientemente, un grupo de investigadores logró implantar células pancreáticas modificadas con CRISPR en un paciente con diabetes tipo 1. Estas células produjeron insulina durante varios meses sin que el receptor necesitara tomar o inyectarse medicamentos inmunodepresores.

Sin embargo, este tipo de tratamientos son altamente personalizados, lo que incrementa su costo y dificulta su acceso para la mayoría de la población. Aunque el OP continúa en fase experimental y aún no se ha diseñado para su uso en humanos, podría convertirse en el primer sistema transdérmico no invasivo capaz de suministrar insulina y otros medicamentos o proteínas de gran tamaño.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/nueva-forma-de-administrar-insulina-por-la-piel-ayudara-a-diabeticos

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