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Los planetas habitables como la Tierra no son tan raros después de todo

Un estudio publicado en Science Advances propone un modelo alternativo para explicar cómo se forman planetas rocosos como la Tierra. El mecanismo involucra explosiones de estrellas cercanas y la inyección de partículas cargadas. La conclusión resulta atractiva para quienes buscan vida extraterrestre: los planetas con una composición similar a la nuestra no deberían ser tan raros en el universo.

¿Por qué los planetas rocosos como la Tierra parecen raros?

Partamos de lo básico. En un sistema estelar existen dos grandes tipos de planetas: los gaseosos, sin superficie sólida, y los rocosos, con capas firmes y actividad volcánica. La Tierra pertenece al segundo grupo. Estos cuerpos nacen a partir de una “semilla” llamada planetesimal, formada por silicatos y metales. Con el paso de millones de años, el planetesimal acumula materia gracias a colisiones con otras rocas, hasta convertirse en un protoplaneta y, finalmente, en un planeta.

Los modelos más aceptados sostienen que los planetas rocosos aparecen de manera casi inevitable cuando se forma una estrella. Pero la Tierra no solo es un cuerpo rocoso. También es seco y habitable. Según la física básica de un disco protoplanetario, lo más probable es que un planeta rocoso conserve abundante agua y otros volátiles. En ese caso, el resultado evolutivo es un mundo oceánico sin tierra firme o un planeta congelado, parecido a un mini‑Neptuno.


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La necesidad de “calor” extra

Para que surja un planeta sólido y habitable como la Tierra se necesita una fuente adicional de calor que elimine el exceso de agua a lo largo de millones de años. Los astrónomos tienen una idea de qué es lo que pudo haber pasado en el sistema solar: las partículas liberadas de una supernova cercana penetraron en los planetesimales y, al desintegrarse, liberaron calor que finalmente “secó” a los cuerpos rocosos desde dentro. Las huellas químicas halladas en meteoritos y minerales primitivos respaldan esta hipótesis.

El escenario, sin embargo, tiene una restricción: la supernova debió ocurrir a una distancia precisa. Si explotaba demasiado cerca, habría puesto en riesgo la estabilidad del sistema solar; si lo hacía demasiado lejos, no habría calentado lo suficiente. Por eso parecía improbable que este proceso se repitiera en otros sistemas.

Un modelo más flexible

La investigación reciente de la Universidad de Tokio propone un mecanismo dual que permite a las supernovas calentar planetesimales sin depender de una distancia exacta. El modelo dice que esas partículas se entregan de dos maneras: la tradicional, con una inyección directa de radionúclidos creados en la estrella hacía el disco protoplanetario; y a través de la síntesis interna, donde la onda de choque de la supernova y los rayos cósmicos transforman el polvo del sistema estelar en material radiactivo.

Este enfoque explica la sobreabundancia de huellas químicas en el sistema solar, una de las grandes contradicciones del campo. Las evidencias muestran que la Tierra recibió demasiadas partículas que liberaron calor, algo imposible si la supernova hubiera estado demasiado cerca. Con el mecanismo dual, una explosión a unos 3 años luz pudo transformar el entorno planetario sin destruirlo

Las simulaciones realizadas con este modelo arrojaron resultados prometedores: entre el 10 y el 50% de las estrellas similares al Sol podrían albergar discos con abundantes radionúclidos, capaces de formar planetas rocosos secos y habitables.

Por supuesto, crear un planeta de este tipo no garantiza la aparición de vida. En la Tierra, la vida surgió gracias a múltiples procesos aleatorios que se desarrollaron durante millones de años. Aun así, el modelo ofrece esperanza a quienes buscan mundos habitables en otros sistemas estelares.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/hay-mas-planetas-como-la-tierra-rocosos-y-habitables-de-los-que-pensabamos-apunta-investigacion

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