el plegable triple de Samsung es lo más cercano que existe a una tablet y PC en el bolsillo

¿Para qué sirve un teléfono plegable y cuál es su verdadera utilidad? Esa es una pregunta que me hago constantemente, sobre todo pensando en los grandes formatos. Los de tipo flip, similares a los de la época del año 2000, tienen cierta magia nostálgica y practicidad debido a lo compactos que se vuelven, pero ¿y los más grandes, dónde encajan?

Para mí esa pregunto tuvo respuesta cuando conocí el Samsung Galaxy Z TriFold, el primer plegable triple de la marca surcoreana que, sin ser mi teléfono ideal, se adapta a muchas de las cosas que busco en mi teléfono personal.

Samsung Galaxy Z TriFold, con gran sensación en mano  

Recuerdo que seguía estudiando cuando toqué por primera vez un teléfono plegable. Fui a una tienda de Samsung por mera curiosidad de sentir el «celular del futuro». Era bastante robusto, su pantalla frontal no parecía del todo funcional y, al desplegarlo, tenía la sensación constante de que iba a romperse en cualquier momento. En ese momento, parecía más un prototipo que un equipo terminado.

Siete generaciones después, tuve la oportunidad de conocer antes que nadie el Galaxy Z TriFold, el primer plegable triple de Samsung, ahora en las oficinas de la marca. Desde que la caja llegó a mis manos, parecía un producto diferente: un paso adelante en una industria que ya no camina, sino que corre. Al sacarlo de su caja, mi primera reacción fue un genuino «¡WOW!».

A diferencia de ese primer plegable que probé, este es sólido y se siente de excepcional calidad. Doblarlo y desplegarlo no me causaba miedo, gran parte debido a las bisagras con estructura de titanio, que mantienen el equipo estable en todo momento. Si bien, por especificaciones, podríamos decir que este equipo es un Galaxy Z Fold7 «Plus», considero un buen salto lograr que dos pantallas se plieguen con facilidad de forma constante.

Eso sí, plegarlo tiene un orden. Al plegarse en forma de U, debes iniciar por la pantalla izquierda y luego por la derecha. Esto tiene sentido porque una debe quedar más pegada que la otra, pero si se te olvida, el teléfono te lo recuerda con una leve vibración y un mensaje en pantalla. Me parece una advertencia sutil, pero efectiva, y en cuestión de minutos te acostumbras al orden sin problema, aunque quizá en el uso diario te equivoques algunas veces.

Lo que no me convence del todo con este orden es que, al plegarlo, lo que queda frente a ti son las cámaras traseras y no la enorme pantalla externa. Para encontrarla, debes darle la vuelta al teléfono. Esto hace imposible continuar con el uso de tus aplicaciones de forma orgánica. Por ejemplo, si estás en una videollamada y lo pliegas sin colgar, vas a tardar un poco más en continuar; o si estás jugando y no quieres interrumpir del todo tu sesión. 

Pantalla, software y pliegues 

Para mí, el aspecto más importante de este celular es su capacidad de llegar hasta las 10 pulgadas y, a mi parecer, se aprovechan muy bien gracias a la gran optimización que Samsung ha hecho. El equipo ha logrado que, con One UI 8, puedas tener hasta tres aplicaciones completas abiertas al mismo tiempo y acomodarlas de acuerdo a tus necesidades. A estas se suman las ventanas flotantes que puedes cambiar de tamaño y acomodar como prefieras.

Algo que constantemente busco en una tablet es que no tenga las limitaciones de ser una tablet, y gran culpa de eso es el software. Por ello, cuando una marca se esfuerza en darme una experiencia parecida a la que tengo en una PC, con multitarea real y que puedo controlar por completo, me hace pensar que realmente puedo sustituir mi laptop sin problema alguno.

El Samsung Galaxy Z TriFold es lo más cercano que existe a tener una computadora completa en el bolsillo. A falta de ver qué aplicaciones estarán totalmente optimizadas para aprovechar el tamaño, durante mi breve prueba pude confirmar que el plegable triple es bastante funcional más allá de las tareas básicas de un teléfono. Su software y enorme pantalla sí están muy bien optimizados para uso profesional: desde firmar contratos, entrar a documentos y editarlos, hasta hacer una presentación compartiendo pantalla. Todo en un «formato de PC» real y completamente funcional.  

Todo está aquí y es lo más cercano a la eterna promesa de tener un teléfono que se convierte en tablet. Pero más allá del tamaño, lo importante es que el software se ha pulido al máximo y se siente completo, intuitivo y fácil de utilizar.

Además, desplegado el Galaxy Z TriFold tiene un grosor de apenas 3.9 milímetros, más delgado que muchos equipos que vemos en la actualidad. La combinación del tamaño de la pantalla y el grosor del equipo se adapta de forma bastante efectiva para manejar el equipo, escribir o simplemente checar el calendario o las redes.

Algo que no puedo dejar pasar sobre esta experiencia es su grosor al plegarlo, que llega a los 12.9 milímetros, un poco más de lo que me da mi Galaxy S24 Ultra con funda. Por ello, no lo sentí incómodo al caminar, sentarme o sacarlo del pantalón. De hecho, el formato 21:9 al plegarlo, creo que brinda un poco de mejor agarre al querer sacarlo de las bolsas mientras estás sentado, aunque también depende del tipo de pantalón y el espacio que tengas alrededor.

Finalmente, debo decir que los pliegues no se notan mucho más allá de lo que ya conocemos. Es decir, al pasar la mano por la pantalla podemos sentir exactamente dónde está el pliegue, pero sin que afecte al uso diario. De hecho, al ver videos, abrir la cámara o interactuar, los notarás de forma similar a la del Galaxy Z Fold7.

Algo que sí noté es que la interacción con la pantalla externa, es decir, al tener el equipo plegado, es extraña. No es por el peso o el formato, sino por el agarre, ya que, naturalmente, al ser un equipo más grueso, tiendes a agarrarlo con mayor firmeza, y eso hizo que, en más de una ocasión, pusiera mis dedos en los lentes de las cámaras.

Samsung Galaxy TriFold, el primer plegable que me hizo considerar comprar un equipo de gran formato

El Samsung Galaxy Z TriFold es un equipo que tiene todas las características de un flagship: resistencia al agua, conectividad 5G, procesador Snapdragon 8 Elite for Galaxy y hasta Wi-Fi 7. Así que, por potencia y tecnología, no deberías preocuparte. Incluso, su configuración de cámaras, sin ser la del Galaxy S25 Ultra, es muy similar y será suficiente para cualquier situación del día a día con su sensor principal de 200 megapixeles. 

Como ya dije, para mí el reto de los plegables grandes, o tipo fold, es poder sustituir realmente a una tablet. El Galaxy Z TriFold entrega la experiencia de una tablet de 10 pulgadas, pero también va más allá porque gracias al software está casi al nivel de la experiencia de laptop. Por lo menos para mi uso profesional: usar la paquetería de Office, revisar archivos, ver contenido, usarlo como teleprompter y todo con una excelente multitarea con ventanas para tareas en segundo plano.

Solo me preocupa el tema de la batería. El Galaxy Z TriFold tiene batería de 5,600 mAh, algo corto comparado con la Galaxy Tab S10 FE, donde sus 10.9 pulgadas cuentan con una batería de 8,000 mAh. Aunque también es cierto que parte de ello se hace para mantener el grosor del equipo en un punto de uso y agarre bastante equilibrado. Y la verdad es que sí lo logra.

Por todo esto, considero que el Galaxy Z TriFold sí es un equipo que cumple con la promesa de tener una tablet y PC en el bolsillo: lo bastante delgado para llevarlo a todos lados y lo suficientemente grande para usarlo de manera profesional. Es una lástima que, por ahora, todavía no haya planes de traerlo a México.

El Galaxy Z TriFold es el primer plegable de gran tamaño que he probado, sí, pero es también uno que me ha convencido casi totalmente para creer que es posible llevar en el bolsillo la potencia y herramientas necesarias para trabajo profesional. Samsung no es el primer fabricante que crea un celular plegable de este tipo, pero sí marca un parteaguas y una línea que otros fabricantes deberán alcanzar si quieren competir en el mismo nivel. 

Samsung Galaxy Z TriFold, características técnicas