Los drones ligeros están transformando la vigilancia fronteriza de Estados Unidos

El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP) está redoblando discretamente sus esfuerzos en una estrategia de vigilancia basada en drones portátiles, según los registros de contratación federal revisados por WIRED. El cambio está impulsando la aplicación de la ley fronteriza hacia un sistema distribuido que puede rastrear la actividad en tiempo real y, advierten los críticos, puede extenderse mucho más allá de la frontera.
Un nuevo estudio de mercado realizado este mes muestra que, en lugar de depender de plataformas de drones más grandes y centralizadas, el CBP se está concentrando en aeronaves ligeras sin tripulación que puedan ser lanzadas rápidamente por pequeños equipos, permanecer operativas en condiciones de estrés ambiental y transmitir datos de vigilancia directamente a las unidades de primera línea. Los documentos hacen hincapié en la portabilidad, la rapidez de instalación y la integración con equipos ya utilizados por la patrulla fronteriza.
Más allá de la frontera
Estos requisitos se basan en solicitudes anteriores que demuestran que el CBP está afianzando sus prioridades operativas: drones capaces de detectar movimientos en terrenos remotos, indicar rápidamente coordenadas a los agentes y funcionar con fiabilidad en condiciones de calor, polvo y fuertes vientos. Las solicitudes anteriores destacaban la integración de cámaras, sensores de infrarrojos y programas informáticos de cartografía para ayudar a los agentes a localizar e interceptar personas en desiertos, ríos y corredores costeros.
Anteriormente, el CBP se centró en drones de despegue y aterrizaje vertical lo suficientemente pequeños como para ser transportados y lanzados por equipos individuales, al tiempo que establecía puntos de referencia claros para el tiempo de vuelo, la velocidad de despliegue y el rendimiento en entornos austeros. Las peticiones también dejaban claro que estos sistemas debían hacer algo más que observar. Se esperaba que guiaran activamente las operaciones, transmitiendo datos de localización en tiempo real a las mismas herramientas digitales que utilizan los agentes para coordinar las respuestas sobre el terreno.
La actualización de este mes afina ese enfoque, señalando que el CBP ya no se limita a explorar lo que los drones pueden hacer, sino que está perfeccionando lo que quiere que hagan bien: desplegarse rápidamente, sobrevivir más tiempo y proporcionar información procesable directamente a los agentes humanos. Según el Arizona Center for Investigative Reporting (Centro de Investigación Periodística de Arizona), el CBP cuenta actualmente con una flota de unos 500 pequeños drones, lo que pone de manifiesto que estas aeronaves se han convertido en una parte rutinaria del control fronterizo.
En una audiencia de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes celebrada en diciembre, la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró ante los legisladores que el DHS ha estado «invirtiendo más de 1,500 millones de dólares» en tecnología de drones y contra-drones y en «medidas de mitigación» que pueden utilizarse no solo para eventos especiales de seguridad federal, como la Copa Mundial de la FIFA 2026, sino también a través de acuerdos que permiten al Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS) «asociarse con ciudades y estados» en la protección que «actualmente no tienen».
El creciente énfasis en los pequeños drones a nivel de unidad no significa que el CBP esté abandonando los aviones más grandes, a pesar de los años de escrutinio sobre la dependencia de la agencia de los sistemas de grado militar.
Los organismos federales de control han descubierto anteriormente que el programa de aviones no tripulados Predator de la agencia era costoso de operar y estaba mal evaluado, sin pruebas claras de que produjera beneficios proporcionales en la aplicación de la ley. Aun así, la agencia anunció este mes sus planes de modificar un contrato existente para elevar el límite máximo de compra de hasta 11 sistemas MQ-9 de aviones sin tripulación. A diferencia de los drones tácticos de corto alcance, el MQ-9 puede permanecer en el aire durante más de 27 horas a altitudes cercanas a los 15,000 metros, inspeccionando amplias zonas con cargas útiles multisensor.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/los-drones-ligeros-estan-transformando-la-vigilancia-fronteriza-de-estados-unidos




