México alcanza cifra histórica en venta de autos eléctricos e híbridos pero la falta de infraestructura aún limita a los compradores

Parece que la estampa de las gasolineras repletas en horas pico pronto será un recuerdo de otra época. México vive hoy un cambio de piel en sus avenidas que pocos vieron venir con tal fuerza. Resulta que las ventas de coches con tecnologías alternativas ya no son noticia de nicho ni lujos para pocos. El mercado local cruzó una meta psicológica que marca un antes y un después en la industria automotriz.

Actualmente, el 9.5% de los conductores que estrenan vehículo eligen un híbridos o eléctricos. Esta cifra representa casi un ejemplar de cada diez que salen de las agencias hacia las calles. Según un reciente reporte de Expansión, el país registró la adopción más alta de motores que dejan atrás la combustión tradicional. Es un fenómeno que cobra vida gracias a catálogos más amplios y una confianza mayor del comprador nacional.

Sin embargo, el dato real podría ser todavía más impactante para los escépticos del sector. Marcas de origen chino, como BYD, mantienen sus números de ventas bajo llave fuera del Inegi. Por esta falta de reportes públicos, expertos de J.D. Power estiman que el alcance verdadero roza el 12%. Es decir, el avance tecnológico camina más rápido que las estadísticas oficiales en los registros nacionales actuales.

¿Por qué este amor repentino por los cables y las baterías en lugar de los pistones? Los autos híbridos son los reyes absolutos de esta transición con un dominio del 7.3% frente a otros sistemas. La gente prefiere la seguridad de un motor doble antes que lanzarse al vacío de la electricidad pura. Existe un temor latente a quedar varado en la carretera por falta de infraestructura de carga suficiente.

Los coches eléctricos puros apenas logran capturar el 1.6% del interés total entre los compradores mexicanos. El miedo a la autonomía limitada pesa mucho más que el deseo de eliminar por completo las emisiones. Además, los modelos conectables apenas asoman la cabeza con un tímido 0.5% de participación en las agencias. La transición en este territorio tiene un ritmo cauteloso pero constante hacia lo desconocido.

Muchas armadoras que antes juraban fidelidad eterna a la electricidad total hoy recalculan su camino hacia el futuro. Varias marcas dan pasos hacia atrás para ofrecer de nuevo versiones híbridas muy competitivas y confiables. Gerardo Gómez, directivo de J.D. Power, observa cómo el mercado acepta estos motores como el puente ideal. La meta de cero emisiones para el año 2035 parece hoy un tema de debate global.

Sin una infraestructura real, México aún está lejos de llegar a una transición masiva de autos eléctricos.

La barrera ecónomica del auto eléctrico e híbrido

El bolsillo también dicta las reglas del juego en esta carrera por la modernización del parque vehicular. Un auto eléctrico puede costar hasta un 70% más que uno convencional de gasolina en el piso de venta. Los incentivos fiscales actuales, como evitar la verificación, parecen premios pequeños ante una inversión inicial tan fuerte. El ahorro en combustible es real, pero la barrera de entrada frena a miles de familias.

A diferencia de otras regiones, México carece de una red de carga pública que brinde paz mental al usuario. Los híbridos ganan la partida porque eliminan la dependencia de un enchufe en cada esquina de la ciudad. Urban Science señala que los beneficios actuales solo brillan durante las contingencias ambientales en la capital del país. Es un paso importante, aunque todavía falta mucho para una revolución masiva y total.