Trump y California tienen opiniones muy diferentes sobre los autos eléctricos

California adora sus vehículos eléctricos (VE). Más de 2.1 millones de autos impulsados por baterías circulan por el estado y, en otoño pasado, más de una cuarta parte de los modelos nuevos eran eléctricos. Los legisladores intentan garantizar que el futuro depare aún más. En diciembre, el llamado «estado dorado» recibió un permiso especial del gobierno de EE UU para promulgar una normativa que obligaría a los fabricantes de automóviles a vender únicamente modelos nuevos de emisiones cero para 2035.
Como «exención» federal debería extenderse mucho más allá de las fronteras de California; otros 17 estados han declarado que seguirán el ejemplo en cuanto a normas de emisiones más estrictas, y 11 de ellos tienen como objetivo la eliminación progresiva de autos de gas en 2035. En conjunto, estas demarcaciones suman más del 40% de las matriculaciones de vehículos ligeros en EE UU.
Una vieja lucha
La semana pasada, en una orden ejecutiva de amplio alcance dirigida a las políticas de energía verde, la administración Trump mencionó que buscaría «terminar» las exenciones estatales de emisiones «que funcionan como limitantes para la venta de autos de gasolina». Aunque esta orden es solo un documento de mensajería política con fuerza de ley, pone en relieve las intenciones de Trump con los vehículos limpios de California. Quien gane esta batalla determinará el futuro de los VE no solo en EE UU, sino también a nivel mundial, dado el número de modelos vendidos y fabricados en el país.
La administración Trump aún no ha mencionado la revocación de la exención, pero California asegura que no dará marcha atrás a sus estándares de emisiones estrictas de VE: «El estado continuará defendiendo su derecho y obligación de proteger la salud de sus residentes», escribió en un comunicado Liane Randolph, la presidenta de la agencia reguladora de emisiones de California, la Junta de Recursos del Aire.
Si todo esto te suena familiar, es porque el país ya ha pasado por esto antes. El permiso a California se remonta a 1967, cuando el Congreso concedió una exención especial dentro de la normativa nacional sobre el aire porque el estado tenía un problema serio de contaminación atmosférica y porque había sido pionero en la regulación, creando su propia normativa sobre emisiones de vehículos durante más de una década. Desde entonces, California ha solicitado más de 100 exenciones.
En 2019, el presidente Donald Trump tuiteó que su administración revocaría la exención de California que le permitía establecer sus propios estándares de emisiones de automóviles. Añadió que la medida aumentaría la seguridad de los automóviles y crearía muchos trabajos. Pero incluso cuando la primera administración Trump buscaba retirar el permiso de California, los legisladores estatales llegaron a un acuerdo con cuatro fabricantes de automóviles globales: Ford, Volkswagen, Honda y BMW, para preservar algunos estándares de emisiones de automóviles.
Hace seis años, los fabricantes estaban dispuestos a sentarse a la mesa y conversar porque temían un mercado en el que tuvieran que fabricar dos conjuntos de vehículos: una flota más limpia para el mercado californiano y sus aliados, y otra para el resto del país. El estado dorado es lo bastante grande como para que incluso los fabricantes extranjeros estén atentos a los resultados.
El punto de mira de Trump y del mundo
La postura agresiva del estado respecto a la regulación climática obligaría a los fabricantes de automóviles rezagados en electrificación a correr para ponerse al día. Por ejemplo, Toyota ha argumentado que los consumidores no están preparados para los eléctricos de batería y ha seguido una estrategia que le ha llevado a producir más vehículos híbridos e híbridos enchufables. El año pasado, un ejecutivo de Toyota Motor North America declaró que las normas de California «parecen imposibles». Pero mantener esa regulación en vigor obligaría a Toyota a invertir más en la puesta en circulación de vehículos eléctricos.
La administración Biden volvió a conceder la exención en 2022. El año pasado, aprobó un nuevo programa para California: en el transcurso de una década, el estado podría aumentar la proporción de autos de emisiones cero vendidos. Según las normas, el 35% de los modelos de 2026 deben ser de emisiones cero y el 68% de los modelos de 2030 deben alcanzar ese objetivo. Según el Estado, las normas reducirán en una cuarta parte las emisiones de los vehículos ligeros de aquí a 2037. Así, los fabricantes de automóviles podrán diseñar vehículos híbridos enchufables y también eléctricos para alcanzar sus objetivos.
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