El Mini tiene tres velocidades entre las que elegir, y la cuarta opción, similar a la del Vesper 2, es un tentador patrón ondulado que estimula el clítoris de forma relajante, creando una sensación más propia de los preliminares que del acto principal, al menos así lo interpretó mi cuerpo. También puedes activar el modo turbo con un doble clic en el botón, que al final resultó ser mi velocidad favorita. El Mini puede utilizarse para estimular todas tus zonas erógenas externas favoritas, y puedes hacerlo de forma aún más discreta que con su predecesor, gracias a su tamaño.
Cuando me quité el Mini del cuello, pude sostenerlo fácilmente entre los dedos índice y corazón -tengo las manos pequeñas- y no se veía. De hecho, el único momento en el que el Vesper Mini podría resultar indiscreto es si juegas con él en público. ¿Cuánta gente puede mantener su cara oculta? Por eso, nunca he sido muy exhibicionista y he pasado mi tiempo con el Mini a puerta cerrada.
Photograph: Crave
Estoy siendo puntilloso, pero lo único que me molesta es el tiempo de carga de 90 minutos. Si usas el Mini a su máxima intensidad, sólo tienes 30 minutos de juego. (Con el Vesper 2 son 40 minutos). Pero es un aparato pequeño, así que me parece razonable. Si tienes este increíble aparatito a máxima potencia durante 30 minutos en el clítoris -o en cualquier parte del cuerpo que sea tu principal vía para llegar al clímax-, te inundarás de orgasmos. Aprovecha esos 90 minutos de descanso para rehidratarte.
El Crave Vesper Mini es fantástico. A 109 dólares, es extrañamente más caro que el Vesper 2, pero nadie dijo nunca que el lujo fuera barato. Es recargable por USB-C (con un enchufe propietario en un extremo), silencioso como un susurro, incluso en modo turbo, y viene en plata, oro rosa, negro y chapado en oro de 24 quilates, con una cadena ajustable de 26 pulgadas a juego.
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