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«Es un asalto»: auditores con experiencia hablan sobre DOGE, el departamento de eficiencia de Musk y Trump

El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk ha pasado las primeras seis semanas de la nueva administración Trump poniendo patas arriba el gobierno federal. Se ha movido de agencia en agencia, accediendo a datos sensibles y sistemas de pago, todo ello en una supuesta estrategia para auditar el gobierno y detener el fraude, el despilfarro y el abuso. El DOGE ha publicado sus «conclusiones» en su sitio web, muchas plagadas de errores.

Pero dos auditores federales con años de experiencia, que han trabajado en auditorías financieras y técnicas para el gobierno, refieren que las acciones del DOGE son lo más alejado de lo que parece una auditoría real. Ambos pidieron hablar bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con la prensa.


Los leales a Musk se infiltraron en decenas de agencias federales, echaron a miles de trabajadores y desviaron millones de datos sensibles. El siguiente paso: desatar la IA.


La voz de los expertos

«Sinceramente, no hay punto de comparación entre una auditoría real y lo que está haciendo DOGE. Ninguno de ellos es auditor», puntualiza uno de los profesionales consultados por WIRED. En septiembre, durante su discurso de campaña presidencial, Trump aseguró que crearía una «auditoría financiera y de rendimiento completa de todo el gobierno federal». Musk subrayó el recorte inicial de 2 billones de dólares del presupuesto federal; más que todo el presupuesto discrecional de 2023, equivalente a 1.7 billones de dólares.

Con el tiempo, Musk reformuló sus ambiciones y fijó un nuevo objetivo: reducir 1 billón de dólares del gasto público. No obstante, su argumento para seguir con el despido de personal y el recorte de recursos continuó siendo el mismo: «ese dinero puede recortarse identificando el despilfarro, el fraude y el abuso». Si bien es cierto que hay casos de dinero público desviado, un estudio de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) publicado en 2024, estimaba que el gobierno pierde entre 233,000 y 521,000 millones de dólares al año por fraude, incluso recuperando todo ese gasto no equivaldría al billón de dólares que Musk espera recortar del presupuesto.

Los auditores alegan que no solo la afirmación de Musk es incierta, sino que el DOGE parece haber evitado por completo el protocolo para erradicar el despilfarro: «Una auditoría que sigue las Normas de Auditoría Gubernamental Generalmente Aceptadas (GAGAS, por sus siglas en inglés), también conocida como auditoría del Libro Amarillo, se lleva a cabo de acuerdo con las normas emitidas por la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE UU. Las auditorías pueden centrarse en las finanzas, el cumplimiento o el rendimiento de un organismo. «Es el patrón de cómo se audita a la Administración».

Una auditoría GAGAS suele constar de cinco fases: planificación, recopilación de pruebas, evaluación, elaboración de informes y seguimiento. Los profesionales definen el alcance, identifican todas las leyes y normas aplicables y elaboran un plan de auditoría. A continuación, entrevistan al personal, revisan los registros financieros y examinan los datos, informes y transacciones, documentando todo el proceso. A partir de ahí, comparan la información con las políticas o procedimientos para determinar si se ha producido algún tipo de fraude o abuso, y elaboran un informe en el que detallan sus conclusiones y ofrecen recomendaciones. A menudo, estos informes se hacen públicos. Después de una auditoría se hace un seguimiento con la agencia para asegurarse de que se introducen cambios.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/es-un-asalto-auditores-con-experiencia-hablan-sobre-doge-el-departamento-de-eficiencia-de-musk-y-trump

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