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El extraño comportamiento de los chimpancés podría revelar nuestro gusto por las bebidas alcohólicas

Si la cerveza y un buen vino son parte esencial de tus veladas con amigos, debes saber que tienes compañía. A los chimpancés, nuestros parientes más cercanos en el reino animal, también les encanta la fiesta. Un estudio publicado en la revista Current Biology por un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, Reino Unido, sugiere un origen antiguo para el vínculo social que desempeña el alcohol en nuestra especie; un comportamiento que podría tener sus raíces en nuestro pasado evolutivo.


Un estudio apunta a que el tamaño de tus dedos índice y anular determinan tu ingesta de alcohol, pero la comunidad científica tiene opiniones divergentes sobre esta línea de investigación.


¿Qué dice el estudio?

El estudio se llevó a cabo en el Parque Nacional de Cantanhez, en Guinea-Bissau, gracias a cámaras de fototrampeo instaladas en tres zonas de la reserva donde crece la Treculia africana, un tipo de árbol cuyos frutos son una importante fuente de alimento para los chimpancés locales. Los frutos son de gran tamaño, pueden pesar más de 30 kilos y, una vez maduros, caen de las ramas al suelo, donde continúan madurando, fermentando y volviéndose ligeramente alcohólicos.

Según captaron las cámaras, a los chimpancés del parque les encanta comerlos, y la acción de ingerirlos no fue un evento aislado. En menos de diez ocasiones, los científicos observaron a un total de 17 primates compartiendo la fruta madura entre ellos, en lo que parecía un ritual social. En el 90% de los casos registrados, al analizar las frutas compartidas, los investigadores encontraron restos de alcohol, en porcentajes que llegaban hasta 0.61% de volumen en las frutas más maduras.

Los autores indican que entre el 60% y el 80% de la dieta de los chimpancés se basa en frutas. Aunque un solo bocado de fruta fermentada probablemente no tiene un efecto particular, la pequeña cantidad de alcohol etílico contenida en cada porción puede tener efectos acumulativos que provocan algún grado de intoxicación, incluso en nuestros primos chimpancés. Es la primera vez que este comportamiento de compartir frutas fermentadas se observa en chimpancés en libertad. Sin embargo, no está claro cómo interpretarlo. «En los humanos, el consumo de alcohol provoca la liberación de dopamina y endorfinas, lo que se traduce en sensaciones de felicidad y relajación», explica Anna Bowland, del Centro de Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter. Añade que, ahora que se ha descubierto que los chimpancés salvajes comen y comparten frutas que contienen etanol, la cuestión es si esta especie obtiene beneficios similares.


Un chimpancé en el Parque Nacional Kibale.

La creencia común dice que los chimpancés no tienen el aparato fónico necesario para decir palabras humanas. Estos investigadores piensan lo contrario.


Nuestros antepasados de la fiesta

Para estos primates, compartir comida no es un fenómeno desconocido, pero sí poco frecuente. Por eso, el hecho de que también lo hagan con frutas alcohólicas podría tener cierta relevancia. Además, se sabe que un antepasado de los actuales grandes simios africanos desarrolló una mutación genética que les otorgó mayor resistencia a los efectos del etanol, lo que sugiere que la fruta fermentada fue una fuente importante de alimento durante la evolución de estas especies y, quizás, incluso de especies evolutivamente cercanas como la nuestra.

«Tenemos que estudiar a fondo si los chimpancés buscan deliberadamente frutas que contengan etanol y cómo lo metabolizan, pero este comportamiento podría representar una fase evolutiva temprana de festín y convivencia», concluye Kimberley Hockings, investigadora de la Universidad de Exeter que colaboró en el estudio. De ser así, esto sugeriría que la tradición humana del festejo puede tener orígenes muy remotos en nuestra historia evolutiva.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.

DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/el-extrano-comportamiento-de-los-chimpances-podria-revelar-nuestro-gusto-por-las-bebidas-alcoholicas

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