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La segunda temporada de ‘Andor’ expone la inquietante normalización del fascismo en Estados Unidos

En una granja aislada en los confines de un imperio fascista, un burócrata gubernamental de nivel medio interroga a sus víctimas. Bajo el pretexto de realizar un censo gubernamental, está buscando inmigrantes indocumentados. Cuando encuentra a uno, ataca: acorrala a una joven trabajadora migrante e intenta coaccionarla para que se acueste con él. Cuando ella se niega, se vuelve violento.

Es una escena que resulta familiar en el Estados Unidos actual, donde agentes del ICE están arrestando inmigrantes (y a veces incluso ciudadanos) con una impunidad alarmante. Pero en este caso, la granja no está en EE UU ni siquiera en la Tierra. En realidad, es una escena de la segunda y última temporada de Andor, la aclamada serie de Star Wars que narra el surgimiento de la Alianza Rebelde bajo la creciente sombra del Imperio Galáctico.

Si al ver la nueva temporada de Andor piensas en el actual viraje de Estados Unidos hacia el fascismo, probablemente no sea una coincidencia. De hecho, podría decirse que es precisamente el objetivo de Star Wars. A lo largo de sus 47 años de historia, el Imperio ha servido como metáfora de todo, desde Estados Unidos durante la guerra de Vietnam hasta la Roma antigua en la época de Julio César. Pero aunque el Imperio puede adaptarse infinitamente como metáfora del fascismo, Andor parece representar la primera vez, desde que Disney compró Lucasfilm por 4,000 millones de dólares, que esa metáfora se dirige directamente hacia EE UU.

“El Imperio es a la vez increíblemente estable e increíblemente flexible como entidad sobre la cual colgar metáforas,” dice Chris Kempshall, historiador y autor de The History and Politics of Star Wars. “Nosotros, la audiencia, entendemos que el Imperio es malvado, así que eso no necesita ser explicado. Pero los detalles del Imperio han cambiado mucho a lo largo del tiempo para adaptarse a los cambios en la política del mundo real”.


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Hasta ahora, la era Disney de Star Wars se ha caracterizado por una política insípida; en el Episodio VII —The Force Awakens—, los villanos se visten y actúan como nazis genéricos, un atajo caricaturesco que los establece como malvados sin intentar decir algo más profundo sobre el imperialismo moderno. En general, la trilogía secuela está demasiado ocupada lidiando con el significado de Star Wars en sí misma como para decir algo potente sobre la política estadounidense, y cuando Lucasfilm bajo Disney intenta propuestas narrativas más ambiciosas, como con The Acolyte, no logra escapar de las exigencias corporativas ni del pequeño pero ruidoso fandom tóxico decidido a arrastrar la franquicia hacia la derecha, tanto política como culturalmente.

Por eso Andor se siente como una rara victoria para Star Wars. No solo es lo mejor que ha salido de la franquicia en años (como muchos críticos han señalado), sino que es el intento más explícito de Lucasfilm por volver al tipo de comentario político mordaz que definió su era previa a Disney. La primera temporada de Andor pudo haber sentado las bases con un cuidadoso desarrollo de personajes y creación de mundo, pero la segunda temporada cumple con la promesa de ofrecer algo dolorosamente relevante en un momento en que muchos estadounidenses se enfrentan al hecho de que la democracia que una vez creyeron indestructible parece estar desmoronándose ante sus ojos.

En los primeros tres episodios de la temporada 2 de Andor, que comenzó a transmitirse en Disney+ el 22 de abril, una de las muchas tramas entrelazadas nos lleva a Mina-Rau, un planeta agrícola en el Borde Exterior de la galaxia de Star Wars, donde un grupo de soldados rebeldes se hace pasar por mecánicos independientes. El grupo incluye a Bix (Adria Arjona), una fugitiva escondida en Mina-Rau sin los documentos necesarios. Así que cuando llega un escuadrón de soldados imperiales para llevar a cabo un “censo de suministros” no anunciado, Bix se preocupa.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://es.wired.com/articulos/andor-segunda-temporada-expone-fascismo-en-estados-unidos

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