Los papás se enamoraron de esta escuela impulsada con IA. Resultó ser una pesadilla
El otoño pasado, la hija de 9 años de Kristine Barrios se atoró en una lección de IXL, el software de aprendizaje personalizado que le servía de profesor de matemáticas. Tenía que multiplicar tres números de tres cifras sin usar la calculadora. Luego tuvo que hacerlo de nuevo más de 20 veces, cuenta su mamá, sin cometer errores.
En Alpha School, la microescuela privada a la que asistían la niña y su hermano pequeño en Brownsville, Texas, ella avanzaba un nivel por encima de su edad en matemáticas, continúa Barrios. Podía hacer multiplicaciones de tres cifras correctamente la mayoría de las veces. Pero cada vez que cometía un error en IXL, el programa determinaba que necesitaba más práctica y le asignaba más preguntas. Le contó a su madre que le había pedido a su «guía», el adulto que supervisaba su clase en lugar de un profesor, que hiciera una excepción y la dejara seguir adelante. Dijo que la respuesta del guía fue que tenía que hacerlo, pues eso era lo que se esperaba de ella.
Durante el fin de semana siguiente, prosigue Barrios, ella y su marido se sentaron con su hija durante horas cada día hasta que terminó la lección de multiplicación, incluso cuando ella se derrumbaba y sollozaba diciendo que prefería morir a seguir adelante. Al final, Barrios recuerda que comprobó dos veces todas las respuestas en una calculadora antes de que la niña de 9 años las ingresara. Pero cuando la niña regresó a la escuela con la lección terminada, afirma su madre, volvió con una noticia desoladora: en el tiempo que había pasado atascada, se había quedado aún más atrás en sus objetivos.
Al cabo de un par de semanas, según Barrios, la escuela les informó a ella y a su marido de que su hija no estaba comiendo los almuerzos. Según Barrios, Alpha explicó que era «porque prefería quedarse trabajando». Más tarde, la niña contó a sus padres que pasaba la hora del almuerzo poniéndose al día con IXL. En un comunicado a WIRED, los representantes de IXL escribieron que la cuenta de Alpha School fue desactivada el pasado mes de julio y señalan que «ya no son clientes de IXL por violar nuestros términos de servicio», añadiendo que IXL “no está pensado (y no recomendamos su uso) como sustituto de profesores entrenados y atentos”.
Poco después, cuando el marido de Barrios llevó a su hija a una revisión agendada previamente, su médico observó con preocupación que había perdido una cantidad significativa de peso en poco tiempo. Su padre la llevó entonces al colegio con una nota del pediatra, cuenta Barrios, indicándole que comiera meriendas entre las comidas regulares, y la vio entrar en el colegio con la nota en la mano. Les dijo a sus padres que se la había entregado al personal. Aunque Alpha había pedido a los padres en su manual que «se abstuvieran» de enviar «snacks de mediodía», Barrios y su marido quisieron seguir la recomendación del pediatra.
Los primeros días, de acuerdo con Barrios, su hija se comió las meriendas. Pero una tarde volvió con estas en la mochila, sin consumirlas. Barrios, alarmada, le preguntó si Alpha le estaba dando otra comida. La niña de 9 años respondió que no. Le dijo a su madre que el personal de la escuela le había dicho que no se había ganado la merienda y que no se la darían hasta que cumpliera sus objetivos de aprendizaje.
«Como padre, piensas: esto no está bien», recuerda Barrios. En noviembre, sacó a sus dos hijos de la escuela Alpha.
Barrios y su marido se unieron a un grupo cada vez mayor de familias que habían decidido abandonar el campus de Brownsville de la escuela. Alrededor de dos docenas de niños estaban en la clase inaugural en 2022, según Paige Fults, el actual director de Alpha School Brownsville. Al menos cinco familias (incluyendo algunas con más de un hijo) se han marchado. Eso no ha impedido que los directivos de Alpha señalen a Brownsville como ejemplo, tanto en un informe como en solicitudes para abrir nuevas escuelas chárter (o concertadas), de cómo el modelo patentado que utiliza Alpha, 2 Hour Learning, puede tener éxito en comunidades de bajo nivel socioeconómico.
Aprendizaje condensado
Con 2 Hour Learning, que se utiliza no solo en Alpha sino también en varias de sus escuelas privadas asociadas, los estudiantes dedican tan solo dos horas diarias a sesiones de aprendizaje. Un software de aprendizaje personalizado (o lo que la página web de 2 Hour Learning empezó a llamar el año pasado “tutor de IA”) se encarga de la enseñanza. MacKenzie Price, una de las fundadoras de Alpha y 2 Hour Learning, declaró a WIRED: “Nuestros estudiantes aprenden el doble, nuestras clases se encuentran en el 1% superior en todos los niveles y materias, y logramos todo en mucho menos tiempo”. (La afirmación de Price se basa, en parte, en comparaciones de datos de pruebas estandarizadas. Si bien Price afirmó inicialmente que Alpha compartiría sus datos con WIRED, no lo ha hecho).
En un momento en que el país norteamericano se enfrenta a una crisis de escasez de profesores, la audaz promesa de Alpha ha hecho que pase de ser una pequeña escuela privada de Texas a un imperio educativo en ciernes. Es el favorito de la administración Trump y de los más adinerados. Joe Liemandt, un desertor de Stanford convertido en empresario de tecnología cuyos miles de millones provienen de la venta de software de automatización, es el «director» de la escuela. El verano pasado, el gestor de fondos de inversión Bill Ackman promocionó la escuela en X y organizó un panel al respecto en los Hamptons. Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, ha tenido a Price en su podcast y ha dicho en X que la «mejor noticia» es que el enfoque de “tutor de IA” de Alpha «puede ser una realidad para todos los estudiantes, en cualquier lugar». En septiembre, la secretaria de Educación de EE UU, Linda McMahon, visitó el campus original de Austin e indicó que los modelos allí presentados eran «lo más emocionante que he visto en educación en mucho tiempo».
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